Los próximos días pueden ser muy complicados para el gobierno federal si a los enfrentamientos que se generan en la lucha contra el narcotráfico se suma un conflicto magisterial sin resolver y varios asuntos políticos pendientes.
Desde el tres de mayo, los representantes del magisterio se han levantado de la mesa de negociaciones y éstas se encuentran suspendidas. Argumentan los miembros del SNTE que ni siquiera han tenido una propuesta ?seria? de la SEP.
Los próximos días pueden ser muy complicados para el gobierno federal si a los enfrentamientos que se generan en la lucha contra el narcotráfico se suma un conflicto magisterial sin resolver y varios asuntos políticos pendientes.
Desde el tres de mayo, los representantes del magisterio se han levantado de la mesa de negociaciones y éstas se encuentran suspendidas. Argumentan los miembros del SNTE que ni siquiera han tenido una propuesta “seria” de la SEP, que se habría limitado a un aumento del 3.3 por ciento sin atender los rezagos existentes de negociaciones contractuales anteriores y aseguran que no regresarán a las mismas hasta que haya “seriedad” en las propuestas del gobierno. En realidad existe molestia en el magisterio porque se dio a conocer un acuerdo salarial con la FSTSE de Joel Ayala, antes que el de los maestros y el aumento de los burócratas fue de 4.6 por ciento. Algo falló en la coordinación gubernamental y eso ha repercutido directamente en la negociación con el SNTE.
En todo caso, sería un grave error personalizar este conflicto. Tanto Josefina Vázquez Mota como Elba Esther Gordillo son dos mujeres de poder, que están operando en torno a él. Pero el tema trasciende las personas. No es un secreto que la administración Calderón (y antes el candidato Calderón) estableció un acuerdo con la líder del magisterio y cabeza del partido Nueva Alianza, una mujer con acuerdos con legisladores de distintos partidos y con relación estrecha con varios gobernadores, priistas y no priistas.
Elba Esther, como producto de esa alianza legítima, ha podido colocar a varios personajes cercanos en algunos puestos importantes de la administración federal. También fue determinante sacar adelante la reforma a la ley del ISSSTE. Pero al mismo tiempo la dirigente del sindicato, para refrendar su espacio de poder, necesita un buen acuerdo contractual este año y difícilmente podrá aceptar uno por debajo del obtenido por la FSTSE. No nos engañemos: el poder de cualquier dirigente parte de la base, y en el caso de Gordillo esa base es el magisterio: no se puede tener un control estrecho, como ha demostrado tenerlo Elba Esther en el magisterio, sin dar respuesta a las demandas de su gente. Ello es lo que la legitima y le permite operar con tanta amplitud en el terreno político.
Para el gobierno federal el problema es otro. Gordillo es una aliada muy importante, clave pero no puede subordinarse ni a esa ni a ningún otra alianza si pareciera que se convertirse en rehén de la misma. Debe mostrar fortaleza porque en estos días el gobierno federal tiene varios asuntos pendientes que son decisivos para su futuro. Por una parte está la negociación con el magisterio que tendría que estar definida para el 15 de mayo. Apenas cinco días después está la elección en Yucatán, la primera del sexenio. Al mismo tiempo, están a punto de resolverse varias controversias constitucionales en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como la que pende sobre la ley de radio y televisión. A eso se debe sumar la repercusión de la guerra contra el narcotráfico con su secuela cotidiana de violencia.
Todo es importante: en Yucatán, se definirá, de acuerdo con el resultado electoral, buena parte de la relación futura con el PRI e incluso dentro del propio partido en el poder. Un triunfo de Ivonne Ortega podría abrir camino a una serie de acuerdos con el priismo, pero también puede enviar un mensaje confuso a las bases panistas: ¿perdería el partido o el presidente?¿sería responsabilidad del presidente Calderón, de Manuel Espino, del gobernador Patricio Patrón o del candidato Xavier Abreu?. Nadie dice que el gobierno federal vaya a entregar Yucatán, pero ese resultado es más importante para los acuerdos futuros de Calderón con el PRI que cualquier otro de los comicios del 2007.
Las resoluciones de la Corte, que ya falló en contra del Ejecutivo en el caso de Notimex, son determinantes para la relación con los medios y las empresas de telecomunicaciones, e incluso para los equilibrios internos en los partidos. Por ejemplo, la resolución determinará en buena medida cómo queda en la cámara de diputados el liderazgo de Emilio Gamboa Patrón, que fue un factor clave en aquella negociación de la ley en la cámara de senadores el sexenio pasado (y que tiene también fuerte interés en las elecciones de Yucatán). Calderón ha logrado una muy buena relación con Gamboa y no querrá perderla. Las declaraciones del líder del PAN en el senado, Santiago Creel respecto a que hubo presiones del gobierno Fox para sacar la ley, han generado reacciones de los grupos de telecomunicaciones e incluso un comunicado de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión inusualmente duro contra el senador. La pregunta es inevitable: ¿estamos hablando de la posición de Creel o del gobierno federal?¿cómo se relaciona esto con la relación entre el presidente Calderón y su ex rival en la candidatura del blanquiazul?. Como si el tema de la ley de medios fuera poco, de la mano con ella habrá que esperar, también, la resolución sobre el amparo respecto a la constitución de la Cofetel, otro tema que ha generado fricciones entre el Ejecutivo, el Senado y los medios electrónicos más importantes.
En ese contexto, la negociación con el magisterio resulta estratégica. El resultado ideal debería combinar factores que son contradictorios: un buen acuerdo para el SNTE y que demuestre firmeza del gobierno federal. Todo ello debe servir para sumar y no restar en un momento de muchos conflictos y en el cual el gobierno federal necesita al magisterio y a todo lo que representa Gordillo, pero también al priismo para sacar adelante reformas estratégicas. Y debe contar con el apoyo de los medios, sobre todo en la lucha contra el narcotráfico. En los próximos quince días todo ello estará en juego y la piedra de toque inicial es la negociación con los maestros. No será nada fácil.