Azúcar, negocios y política en el foxismo
Columna JFM

Azúcar, negocios y política en el foxismo

Las verdaderas razones que se escondieron tras la expropiación de los ingenios azucareros en septiembre del 2001 apenas si se están comenzando a develar. El castigo que esa expropiación representó para algunos empresarios y los beneficios e impunidad que generó para otros fueron una demostración de las consideraciones ajenas a la supuesta ayuda a esa industria que generó aquella medida.

Las verdaderas razones que se escondieron tras la expropiación de los ingenios azucareros en septiembre del 2001 apenas si se están comenzando a develar. El castigo que esa expropiación representó para algunos empresarios y los beneficios e impunidad que generó para otros fueron una demostración de las consideraciones ajenas a la supuesta ayuda a esa industria que generó aquella medida.

Para comprender cómo pudieron producirse malos manejos de la magnitud de los ejecutados por el grupo Escorpión, uno de los principales beneficiados con la expropiación, cuyo principal propietario mantiene hoy una deuda de 35 mil millones de pesos con el fisco, hay que regresar a la medida en sí. Con ella, en septiembre del 2001, el gobierno federal expropió 27 ingenios, la mayoría con salud financiera y productiva y unos pocos literalmente quebrados. Pero hubo diferencias importantes: los ingenios del grupo Escorpión fueron literalmente rescatados: la empresa estaba quebrada y ese empresario mantenía una deuda superior a los 800 millones de dólares, buscaba ser refinanciado por el gobierno y la expropiación le solucionó un problema grave. En otro contexto, sucedió lo mismo con los ingenios del Grupo Azucarero Mexicano (GAM) de Juan Gallardo Thurlow, que estaba en suspensión de pagos desde mayo del 2000, y que incluso tuvo que resignar la aspiración de convertirse en embajador de México ante Francia porque era inviable que el gobierno de Fox expropiara sus ingenios, salvándolo de la quiebra y al mismo tiempo lo designara embajador. Por el contrario, los ingenios que les fueron expropiados a grupo Machado y grupo Santos, eran rentables y no había razón alguna que justificara la expropiación. Por ejemplo, el grupo Machado no fue beneficiario de las privatizaciones que se habían realizado con los ingenios en los años 80, exportaba el 100 por ciento de su cuota de exportación, el 80 por ciento de sus adeudos estaban cubiertos y el restante 20 por ciento las autoridades sabían que sería cubierto una semana después de que se decretó la expropiación. La deuda de grupo Machado era originalmente de 320 millones de pesos, y había sido incrementada artificalmente por el gobierno al pasarla a UDIS, con lo que quedó en mil 750 millones de pesos, pero de todas forma era ínfima comparada con la deuda del grupo Escorpión que debía, en el 2000, más de 800 millones de dólares, además de que estaba realizando malos manejos con los subsidios derivados de sus cuotas de exportación.

¿Qué hicieron las autoridades en aquella oportunidad? Beneficiaron a unos productores y castigaron a otros. Paradójicamente el castigo fue para los productores competitivos y beneficiaron a los que estaban en quiebra. La idea era romper con el sector competitivo de la industria azucarera para abrirle paso a competidores extranjeros. Expropiar los ingenios rentables para venderlos a empresas internacionales. No es una especulación. Tenemos en nuestro poder un documento confidencial, clasificado como AAA, del 22 de septiembre del 2000, entregado por el gobierno federal al equipo de transición de Vicente Fox, titulado “problemática de la industria azucarera”, donde se expone con toda crudeza el problema que debía enfrentar el nuevo gobierno. Por extrañas razones, ya en el poder, la administración Fox hizo exactamente lo que ese documento advertía que no debía hacer. Ese documento confidencial ya consignaba que había 22 ingenios azucareros a punto de cerrar por su grave crisis financiera. Pero la administración Fox en lugar de expropiar los que estaban en números rojos, expropió los que estaban en números negros. De los 22 enlistados en aquel documento confidencial, el gobierno de Fox expropió sólo nueve, o sea todos los demás (otros 18) que fueron expropiados tenían una salud financiera y productiva aceptable, mientras que otros 13 que estaban quebrados fueron dejados en manos de sus productores.

El mismo documento confidencial adelanta las investigaciones que se estaban realizando contra el grupo Escorpión por malos manejos con los subsidios de exportación y habla de la imposibilidad de refinanciar su deuda superior a los 800 millones de dólares con FINASA, el fondo público que financiaba la producción del sector. Allí mismo se dice que buscaría socios inversionistas que podrían ser grupos azucareros estadounidenses, de la región de Florida. Y en ese contexto, aparecen empresas como Cargill, Archer Danields Midland y Corn Producer, que a su vez están relacionadas con la importación de fructuosa.

El punto es clave porque, como se explicaba en aquel documento confidencial que recibió el equipo de transición de Fox, el problema central era que de acuerdo con el Tratado de Libre Comercio, Estados Unidos se comprometía a partir del 2008 a absorber todos los excedentes azucareros de México. Los productores de la Florida han tratado de frenar ese proceso y lo han hecho basados en el cálculo de los excedentes: según el TLC los excedentes de azúcar se calculan como la producción menos el consumo interno de México. Según el gobierno de Estados Unidos se debe calcular la producción, menos el consumo de azúcar, menos el de fructosa. Eso había hecho caer los excedentes importados por Estados Unidos, al momento de la expropiación, a apenas 25 mil toneladas del dulce, mientras que se importaban más de 500 mil toneladas de fructosa. Un negocio en el que el grupo Escorpión tenía sólidos socios en Estados Unidos. Y de allí surge la quiebra, provocada; el adeudo de miles de millones de pesos; la venta también por miles de millones de la refresquera de la cual era propietario Molina (beneficiada  a su vez por la compra de fructosa a bajo precio) y la impunidad que se generó en torno a ese negocio.

Mañana seguiremos con el vínculo de esos grupos con empresas estadounidenses que, vaya paradoja, ahora han estado íntimamente ligadas, a situaciones muy controvertidas como el aumento del precio de la tortilla.

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