Anuncios e IFE: bienvenidos a la realidad
Columna JFM

Anuncios e IFE: bienvenidos a la realidad

Mientras avanza la posibilidad de encontrar una iniciativa multipartidaria para la reforma energético y están pendientes de aprobación por lo menos 18 leyes reglamentarias para la reforma electoral, además de las concernientes a la reforma del Estado, sobre todo las reformas a la ley orgánica del congreso, en el IFE, en los partidos y en los medios se han topado con el fenómeno generado por la propia torpeza con que se generó una parte medular de la pasada reforma electoral: el acceso a los medios.

Mientras avanza la posibilidad de encontrar una iniciativa multipartidaria para la reforma energético y están pendientes de aprobación por lo menos 18 leyes reglamentarias para la reforma electoral, además de las concernientes a la reforma del Estado, sobre todo las reformas a la ley orgánica del congreso, en el IFE, en los partidos y en los medios se han topado con el fenómeno generado por la propia torpeza con que se generó una parte medular de la pasada reforma electoral: el acceso a los medios.

Por una parte, las nuevas autoridades del IFE anunciaron que demandarán un incremento presupuestal de mil 500 millones de pesos para poder cumplir, mínimamente, con lo que los partidos le ordenaron hacer: distribuir todos y cada uno de los anuncios de los partidos en todas y cada una de las estaciones de radio y televisión a lo largo y ancho del país y, además, monitorear no sólo que esos anuncios se pasen en tiempo y forma sino que también no existan pautas comerciales ajenas al propio IFE. Se dijo que con este sistema se ahorraba hasta mil millones de pesos en anuncios (lo cual es mentira porque las prerrogativas a los partidos no disminuyeron ni un centavo y en los hechos habrá más anuncios de los partidos en medios electrónicos que antes, la única diferencia es que los partidos no los pagarán), pero lo que no se dijo es que para poder cumplir con esa tarea, el IFE debe construir la agencia de medios más grande del país (en realidad se estima que la agencia de medios del IFE sería equivalente al tamaño de las cinco principales de México) y gastar de cara al proceso electoral unos 5 mil millones de pesos sólo en ello. La cifra, por cierto, irá aumentando con el paso de los años si no se reforma la ley actual.

Ese es un problema grave: ¿cómo hacer llegar a tiempo los anuncios de los candidatos locales de los 300 distritos, para ser emitidos exclusivamente en los medios locales?¿cómo hacer para monitorear que efectivamente ese anuncio se haya pasado en tiempo y forma y cómo hacer para controlar que no haya ningún otro tipo de publicidad fuera de la autorizada por el IFE?. Ya veremos que las autoridades electorales no podrán tener control sobre el proceso, ni de distribución ni de monitoreo y ello será el principal elemento que ensuciará los comicios del 2009.

Pero el problema va más allá. La semana antepasada, hubo un conflicto entre el IFE y la CIRT porque el IFE decidió comenzar a enviar los anuncios de los partidos a algunos medios sí, a otros no, pero estableciendo incluso hasta al hora exacta en que se deberían pasar los mismos. Además, el envío se realizó con apenas 24 horas de antelación. Es una suma de errores, que algunos, con una visión parcial e interesada en el asunto hicieron ver simplemente como una rebelión de los medios para no emitir esos anuncios. Es sencillo: si alguien envía un desplegado a un periódico y eso se hace después de la hora de cierre, simplemente no podrá ser publicado. Si los anuncios se envían sin advertencia previa 24 horas antes a las televisoras o las estaciones de radio, tampoco podrán ser programados. Si se establece que uno u otro anuncio debe pasarse a una hora exacta, sin tomar en cuenta la programación, tampoco puede emitirse. Los medios pueden ser muy poco defendibles en muchas circunstancias pero son empresas que no están obligadas a lo imposible.

Pero el tema fue más allá: el Frente Amplio Progresista, que incluye al PRD, al PT y a Convergencia, contrató anuncios para convocar a una manifiestación de López Obrador y pagó directamente por ellos a la televisora. Y los anuncios se trasmitieron. De acuerdo a la ley, existe una grave violación del FAP por comprar esos anuncios y de la televisora por emitirlos. Lo sabían tan bien en el FAP que la primera reacción de su dirigente, Muñoz Ledo fue decir que había sido una maniobra de la secretaría de Gobernación. No era así y Televisión Azteca reconoció que los espacios fueron pagados por el FAP, y Dante Delgado aceptó que fue él quien los pagó. La resolución que se dará a este tema es clave para el futuro: existe varios amparos en curso contra la reglamentación que prohíbe a los ciudadanos y a las organizaciones civiles comprar espacios en medios electrónicos para expresar opiniones que “puedan influir” (eso dice la ley) en los electores. Entre ellos un amparo que hemos promovido un grupo de intelectuales, artistas, periodistas, entre los que me encuentro. La tesis es que se trata de una violación a la constitución impedir la libre expresión de las ideas a los ciudadanos y otorgarle éste beneficio sólo a los partidos. Pero en este caso, no sólo se pasa por encima de la ciudadanía sino que además, son los propios partidos y en particular el que más insistió en que esa norma fuera inflexible (el PRD) el que la rompe para anunciarse en televisión ignorando al IFE.

Recordemos que para López Obrador uno de los elementos del fantasmagórico fraude electoral fueron los anuncios del Consejo Coordinador Empresarial que por cierto no apoyaban candidato alguno. A partir de allí se hizo esta tristemente célebre reforma, impuesta por el perredismo. Y ahora resulta que es el propio PRD el que viola la norma apenas ésta se pone en marcha. El IFE tiene en sus manos una decisión crucial: si como dice Azteca no se violó la ley porque el FAP no es un partido (aunque sea un frente registrado ante el IFE, con responsabilidades y prerrogativas y forma por tres partidos con registro), entonces todo tipo de organizaciones y personas podrán contratar la publicidad que mejor consideren y la reforma habrá demostrado ser cara e inútil. Si se castiga al FAP y a Azteca, se fortalecerán los amparos (y habrá nuevos) y el IFE deberá demostrar que será inflexible. Pero para serlo necesitará más dinero aún, dinero que ahora los partidos no le quieren dar. Bienvenidos, partidos e Instituto, a la realidad.

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