El municipio más pobre, la corrupción más grande
Columna JFM

El municipio más pobre, la corrupción más grande

El presidente municipal de Cochoapa El Grande, en Guerrero, el municipio más pobre del país, Santiago Rafael Bravo, no ha logrado darle a los habitantes de esa demarcación ni servicios médicos adecuados, ni una educación mínima, no ha logrado que haya agua potable, energía eléctrica, servicios básicos, seguridad, pero se gastó (se está gastando aún) 16 millones de pesos en un nuevo palacio municipal, donde además no despacha porque prefiere hacerlo desde Chilpancingo.

Para Carlos Olmos, con un abrazo solidario

El presidente municipal de Cochoapa El Grande, en Guerrero, el municipio más pobre del país, Santiago Rafael Bravo, no ha logrado darle a los habitantes de esa demarcación ni servicios médicos adecuados, ni una educación mínima, no ha logrado que haya agua potable, energía eléctrica, servicios básicos, seguridad, pero se gastó (se está gastando aún) 16 millones de pesos en un nuevo palacio municipal, donde además no despacha porque prefiere hacerlo desde Chilpancingo.
 Su gente no tiene caminos, debe andar por brechas hasta nueve horas para llegar a la cabecera municipal, muchas mujeres mueren después de partos mal atendidos o sin atención por esa razón, pero para cada viaje en carro a la capital del estado o a Acapulco, el presidente municipal carga al presupuesto una cuenta de 16 mil 600 pesos de viáticos, puede gastar unos 8 mil pesos en combustible y otros diez mil o 16 mil pesos, según la ocasión, en tarjetas para teléfonos celulares, según datos de la cuenta pública del municipio.

Cochoapa El grande es el lugar más pobre del país, pero sin embargo, por eso mismo se le ha otorgado un presupuesto más que razonable en los últimos años, el problema es que el presidente municipal Santiago Rafael Bravo, sólo en el primer año de ejercicio, según la auditoria general del estado, tiene irregularidades en el manejo de ese presupuesto por más de 17 millones de pesos. En Cochoapa el Grande, la gente come, literalmente, una tortilla o dos al día, cuando bien le va acompañada por unos frijoles, pero en la nómina del edil, como trabajadores eventuales están, según la auditoria estatal, unos 17 aviadores, que cobraron, sin presentar recibos ni facturas 156 mil pesos (el que menos cobra es cinco mil pesos, el que más cobra 18 mil). La propia secretaría de Hacienda le hace constar que se deben pagar en concepto de ISR, por esa misma razón otros 10 mil pesos.

La gente en Cochoapa el Grande, no puede comunicarse: son más de un centenar de comunidades enlazadas por brechas, pero sólo en el primer año de su gestión, el presidente municipal otorgó, por adjudicación directa la construcción de un camino en Barranca Palma, por el que pagó casi un millón cien mil pesos, pero resulta que no podía adjudicarlo de esa manera y que no existe documentación alguna que demuestre que ese camino realmente se construyó. Con un detalle adicional, de ese millón de pesos, se liberaron 150 mil pesos…para el propio presidente municipal. Tampoco se justifican cheques expedidos a su nombre por 130 mil pesos, por 20 mil, por 50 mil, por 434 mil pesos. La lista podría continuar hasta llegar a los 17 millones de pesos que han sido detectados como graves irregularidades en el manejo de presupuesto municipal.

En Cochoapa El Grande, se está construyendo un palacio municipal que ha costado, hasta ahora, 16 millones de pesos, pero desde el primer año de construcción, la auditoria estatal declaró que esa obra era ilegal, que violaba las normas y el plan de desarrollo local, que no podía ser entregada por adjudicación directa, que tampoco se justifican los gastos a los supuestos proveedores. Pero la obra continuó, sigue hasta el día de hoy.

En Cochoapa El Grande, mucha gente, para sobrevivir, se debe dedicar a sembrar, cuidar o hacer producir sembradíos de amapola, de donde se saca la goma de opio para la producción de heroína. Los narcotraficantes les pagan una miseria por producir el maíz bola, como le llaman, pero sobreviven. Ahí opera el ERPI, pero tampoco son molestados, muchos de ellos terminan adoctrinando, pero también realizando labores sociales. No tienen sin embargo, mucha base social: la mayoría de los jóvenes prefieren irse de braceros a los Estados Unidos que unirse a la guerrilla o dedicarse a recolectar goma de opio. Por supuesto en Cochoapa no hay seguridad alguna, ni proyecto para tenerla, en ningún ámbito.

La lista de todo lo que se encontró el reportero Raúl Flores en Cochoapa en un reportaje para México Confidencial (en cuya información nos basamos) podría continuar. Sólo el reporte de la auditoria estatal del primer año de gobierno municipal tiene varias hojas pletóricas de irregularidades.

Hace apenas unos días, sin abordar estos peculados o robos del presupuesto, Transparencia mexicana mostraba que los mexicanos gastamos, cada año, unos 27 mil millones de pesos en mordidas, en corrupción, que van desde mecanismos para “aligerar” un trámite hasta lo que se debe pagar para que alguien realice un servicio público supuestamente gratuito: desde recoger la basura hasta distribuir pipas con agua potable o apartar lugar para estacionarse en la vía pública. Eso puede implicar, en una familia de bajos ingresos, hasta el 18 por ciento de los mismos.

¿Alguien puede imaginar cuanto implica para las familias del municipio más pobre del país, en Cochoapa el Grande, esa mezcla de corrupción y pobreza extrema?. No es un problema de dinero, el presupuesto otorgado al municipio permitiría, por lo menos, que todos sus habitantes comieran dignamente o que no dependieran del narcotráfico o la migración para sobrevivir. Se trata de la ausencia de políticas públicas e incluso de algo más sencillo pero más difícil de obtener: de una elemental decencia en el manejo de los recursos públicos. En los próximos días se conocerán los grandes ejes de la política social de la administración Calderón: serán necesarios recursos y estrategias, pero que nadie se engañe, se requiere también control, participación comunitaria y justicia.

Por lo pronto, en Cochoapa dicen que se acabarán los problemas: el presidente municipal ya está palomeado para irse como diputado, en las próximas elecciones, por el PRD. El es de los duros del partido.

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