Otra vez la iniciativa Mérida
Columna JFM

Otra vez la iniciativa Mérida

En la próxima semana se tendrá que definir en el senado estadounidense otro capítulo relacionado con la Iniciativa Mérida, luego de que en su segunda vuelta en la cámara de representantes se volviera a aprobarla sin muchas de las limitaciones que la propia cámara alta del congreso había impuesto con anterioridad, y otorgando ahora un presupuesto mayor, de 400 millones de dólares para el año fiscal 2008. El miércoles, la Casa Blanca sostuvo que insistiría para que el paquete fuera por los 500 millones solicitados inicialmente y que estaban trabajando con el Senado para tratar de lograr ese objetivo.

En la próxima semana se tendrá que definir en el senado estadounidense otro capítulo relacionado con la Iniciativa Mérida, luego de que en su segunda vuelta en la cámara de representantes se volviera a aprobarla sin muchas de las limitaciones que la propia cámara alta del congreso había impuesto con anterioridad, y otorgando ahora un presupuesto mayor, de 400 millones de dólares para el año fiscal 2008. El miércoles, la Casa Blanca sostuvo que insistiría para que el paquete fuera por los 500 millones solicitados inicialmente y que estaban trabajando con el Senado para tratar de lograr ese objetivo. Pero persisten varios problemas. Primero la Inicaitva Mérida (IM) es parte de un paquete global de financiamiento de operaciones externas y a las tropas en Irak, muchísimo más amplio. Si en el senado fuera aprobada esa legislación con enmiendas, aunque se tratara de otras partes del paquete global y no de la IM, la iniciativa tendría que regresar, una vez más, a la cámara de representantes. Y luego, si fuera aprobada tendría que ir a la Casa Blanca para que sea promulgada antes del 4 de julio. Eso si la Casa Blanca no decide vetar la iniciativa, lo que obligaría a recorrer nuevamente todo el proceso. Como se podrá comprobar es un recorrido ajustado en tiempo y en formas políticas y cuyo desenlace aún es impredecible, aunque se hayan logrado avances muy importantes en las últimas semanas.

La aprobación en la cámara de representantes de la nueva versión de la IM se dio el 19 de junio pasado, con 416 votos a favor y sólo 12 en contra. Además de los 400 millones de dólares, en lugar de plantear “verificaciones”, sobre todo en derechos humanos, lo que plantea es que se lleven a cabo “consultas bilaterales” y que para ello “se respete” la legislación mexicana. Este proceso corrió en forma simultánea con otro que muchos confundieron con la Iniciativa Mérida: fue otra iniciativa impulsada por el demócrata Howard Brenan que trataba de eludir los problemas legislativos que generaba el que la IM fuera parte del paquete global anclado, sobre todo, a financiar la guerra en Irak. Brenan propuso una autorización de recursos, equivalente a los de la IM, que fue aprobada por el comité de relaciones exteriores de la cámara de representantes en mayo y el pasado 10 de junio por el pleno de la cámara. La propuesta de Brenan implica un fuerte apoyo político para la cooperación bilateral pero en términos prácticos no asigna recursos para la lucha contra el narcotráfico, porque no cuenta con ellos. En todo caso, sirvió para fortalecer a la IM en su segunda ronda en la cámara de representantes.

En todo caso, queda pendiente el tema de si la presión que ejerció México, anunciando que no aceptaría los recursos de la Iniciativa si existían condicionamientos políticos “inaceptables” ha sido positiva o no. Aquí argumentamos en su momento, que alimentaba un proceso más profundo, más complejo, en el cual se marcaban distancias con Estados Unidos en forma un poco gratuita, cuando el tema estaba aún en el terreno diplomático. Eso se sumaba a otra afirmación que resultaba una verdad a medias: que el narcotráfico en México se generaba por los consumidores en Estados Unidos (es una verdad tan a medias que apenas ayer, en una de las acciones de política social más importantes del sexenio, Margarita Zavala inauguró, con la presencia del presidente Calderón, la primera red de instituciones dedicadas al tratamiento de adicciones del país, para hacer accesible a todos los jóvenes la posibilidad de un tratamiento adecuado y sin costos). En otras palabras, que el lenguaje antiestadounidense siempre deja un rédito político inmediato, pero profundiza en una herida, en una distancia comprensible pero evitable entre los dos países.

Con todo, los propios legisladores y políticos estadounidenses, reconocieron que esa presión tuvo éxito y por ella se pudo reconsiderar el tema en el congreso. Pasada ya la ronda de primarias, los principales políticos estadounidenses volvieron a tomar en consideración que los votos mexicoamericanos eran demasiado importantes como para dejarlos ir. Y se combinó ello con la necesidad de Barack Obama de hacerse fuerte en el grupo social que más distancia ha mantenido con él en el partido demócrata, y con los esfuerzos, que no son nuevos, de John McCain de capitalizar ese voto en su favor. Por lo pronto, el propio McCain estará la próxima semana en Colombia y en México, adelantándose en eso mucho a Obama.

Debemos insistir en un punto: la Iniciativa Mérida es un magnífico esfuerzo de colaboración bilateral en la lucha contra el narcotráfico. En los hechos es el primer esfuerzo real, coordinado y con recursos públicos y establecidos por ambas partes que se ha realizado. Y es una iniciativa que surgió de México, no de la Casa Blanca. Tampoco se trata de la entrega de dinero: la IM se basa en la transferencia de equipos y sistemas, entrenamiento y formación de personal, sin dinero de por medio. Eso es uno de los aspectos que la hacen más interesante. Y tampoco estamos hablando de cifras insignificantes: México invierte en seguridad, en estos capítulos, unos dos mil millones de dólares al año, si se aprobaran los 500 millones serían el equivalente a la cuarta parte del gasto nacional, que se sumaría a éste.

Por supuesto que todo es parte de una amplia negociación política y que la misma se debe desarrollar en demasiados frentes simultáneos: la Casa Blanca, el Capitolio y sus distintos grupos de legisladores, los candidatos presidenciales y sus partidos. Pero es uno de esos ejercicios que, pase lo que pase en lo inmediato, si se realizan bien, dejarán resultados positivos para la diplomacia mexicana. Por cierto, casualmente se autorizó la extradición de Benjamín Arellano Félix a los Estados Unidos. 

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