Y ahora, la política
Columna JFM

Y ahora, la política

Los golpes dados a tres grupos diferentes del narcotráfico, uno el fin de semana en la colonia Country la Silla, en Monterrey, el sábado en la noche en la ciudad de México, en la mansión en el Camino al Desierto de los Leones; y el lunes, también en el DF, pero en la colonia Lindavista, deben ser tomados en consideración como las acciones más exitosas que se han tenido en ese ámbito en los últimos tiempos. En Monterrey, el golpe fue para los Zetas; en el Desierto de los Leones, contra un grupo ligado a los Beltrán Leyva. En Lindavista le tocó a uno de los principales enemigos de los anteriores, al cártel de Sinaloa y al grupo de Ismael el Mayo Zambada. En las tres acciones hubo, sobre todo en el Desierto de los Leones, una intensa actividad de inteligencia previa que fue la que permitió tener esos resultados.

Para Oralia, por adelantado y por todo

Los golpes dados a tres grupos diferentes del narcotráfico, uno el fin de semana en la colonia Country la Silla, en Monterrey, el sábado en la noche en la ciudad de México, en la mansión en el Camino al Desierto de los Leones; y el lunes, también en el DF, pero en la colonia Lindavista, deben ser tomados en consideración como las acciones más exitosas que se han tenido en ese ámbito en los últimos tiempos. En Monterrey, el golpe fue para los Zetas; en el Desierto de los Leones, contra un grupo ligado a los Beltrán Leyva. En Lindavista le tocó a uno de los principales enemigos de los anteriores, al cártel de Sinaloa y al grupo de Ismael el Mayo Zambada. En las tres acciones hubo, sobre todo en el Desierto de los Leones, una intensa actividad de inteligencia previa que fue la que permitió tener esos resultados.

El caso de la célula de Fino Restrepo detenida el sábado en esa mansión capitalina, constituye no sólo un golpe a un grupo que se había especializado desde hace años en el ingreso de cocaína a México desde Colombia y el envío de dinero de México a Colombia, un grupo íntimamente relacionado con el cártel del Norte del Valle en esa nación sudamericana y con el cártel de los Beltrán Leyva en México, sino casi un regreso a los modelos más estereotipados del narcotráfico, que confirma también, la confianza y falta de presiones con las que se mueven estas organizaciones en el Distrito Federal, donde dicen algunas de sus autoridades que no hay narcotráfico, sólo células que “están de paso”. Una mansión con lago, zoológico privado, una fiesta en la que se pueden reunir la mayoría de los integrantes de la organización, contratación de animadores, un estilo de vida que algunos de los principales narcotraficantes del país, por lo menos los que se movían en el DF o el área metropolitana, en el pasado habían abandonado (recuérdese la relativamente modesta casa en la que fue detenido Benjamín Arellano Félix en Puebla) y que recuperaron en los últimos tiempos (este caso es un ejemplo, otro el de Lindavista, antes el de Sandra Avila). El hecho es que el grupo de Restrepo, pese a ser uno de los más operativos del país y de estar conformado en un alto porcentaje por colombianos, lo que los tendría que haber hecho más visibles que otros grupos y por lo tanto más cuidadosos, parece que nunca pensaron que fueran a ser detenidos o molestados en esa residencia, si no hubiera sido inconcebible que hubieran tomado ese tipo de riesgos. Y no estamos hablando de una organización pequeña: en promedio ingresaba media tonelada de cocaína pura por mes al país. Ni siquiera la detención previa de quien fuera uno de sus jefes, Ever Villafañe, los llevó a cambiar el modo de operación. Sin duda, por lo menos en la casa y la zona donde fueron detenidos se sentían protegidos.

Entrevistando a Genaro García Luna, el secretario de seguridad pública federal me decía que hubo un intenso intercambio de información e inteligencia con sus homólogos de Estados Unidos y Colombia para avanzar en este operativo y para obtener estos resultados: 15 detenidos, en un encuentro de toda la organización y sin disparar un solo tiro. Ese intercambio de información e inteligencia, parece haber estado presente también en los hechos de Monterrey y de Lindavista. Y le dan, como adelantábamos el lunes, una nueva perspectiva a la lucha contra el crimen organizado, en términos internos y externos.

Habrá que estar atentos a esa nueva perspectiva porque parece ser mucho lo que está en juego y los hechos incluyen pero trascienden la incorporación de Tello Peón en la oficina presidencial. Lo que tendremos que observar es si en el contexto de la estrategia global, se han modificado los métodos, se trabaja con objetivos de corto y mediano plazo diferentes mientras se mantienen los de largo plazo, si la operación cotidiana comienza a buscar fortalecer la percepción ciudadana de que el combate contra el narcotráfico se puede dar y, en la medida de lo posible, ganar. En todo este proceso, sin duda y después de dos años de experimentar y conocer, debe haber cambios y modificaciones, pero en muchas ocasiones estando todas las piezas en un tablero, lo que se debe hacer es comenzar por cambiar el tablero y reubicar sobre el nuevo diseño esas mismas piezas. Y aparentemente superada la etapa de la reforma petrolera, con todas las limitaciones que ésta puede tener; con un contexto económico difícil pero también con la oportunidad que brinda la implementación de un plan anticíclico en la economía interna; quizás ha llegado la hora de comprender que la seguridad es un desafío técnico, pero por sobre todas las cosas es un desafío político, que debe ser asumido como tal, con todo lo que ello implica. Y el presidente Calderón necesita, requiere, poder tener un espacio de mayor distancia, de mejor perspectiva para poder operar sobre esa realidad. Y tener esa posibilidad, donde se puedan atender la seguridad, la economía, la relación con la vida partidaria y social y engarzar una con la otra, pasa también por el andamiaje político del gobierno.

Con estos incipientes resultados en seguridad, pasada la reforma energética, con un presupuesto 2009 ya definido y con un movimiento “magisterial” en Morelos en decadencia, debería venir la hora de la política.

Saludos mediáticos

Dos saludos muy especiales: uno para Pablo Hiriart, querido amigo y colega, por la publicación de su libro de crónicas y reportajes Algo se desvanece (Cal y Arena, 2008) un ejemplo de buen periodismo. Y para Carlos, Ciro y tantos amigos de Milenio, la mejor de las suertes en su nueva aventura.

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