Cassez: el delito no tiene pasaporte
Columna JFM

Cassez: el delito no tiene pasaporte

Hoy comienza la visita oficial del presidente Nicolás Sarkozy a México. La misma reviste especial interés para los dos países. La administración Calderón ha apostado a consolidar su relación con Sarkozy porque lo considera un interlocutor clave para la política exterior de México. Por eso también la visita tendrá un alto contenido político y económico.

Hoy comienza la visita oficial del presidente Nicolás Sarkozy a México. La misma reviste especial interés para los dos países. La administración Calderón ha apostado a consolidar su relación con Sarkozy porque lo considera un interlocutor clave para la política exterior de México. Por eso también la visita tendrá un alto contenido político y económico.

Existe, sin embargo, una nube sobre ella: el caso de Florence Cassez, una joven francesa detenida desde el 9 de diciembre del 2005 y que sufre una condena de poco más de 60 años de cárcel acusada de ser parte de una cruel banda de secuestradores, apodada Los Zodíacos. Florence era la compañera sentimental del jefe de esa banda, Israel Vallarta, y vivía con él en un rancho en donde permanecían secuestradas, al momento de su detención, la señora Cristina Ríos Valladares y su hijo de entonces 11 años de edad. El secuestro, como otros que cometió esta banda, fue brutal y Florence plenamente identificada por sus víctimas como su carcelera.

“Es indescriptible, acaba de escribir a los medios Cristina Ríos Valladares, lo que mi hijo y yo vivimos del 19 de octubre del 2005 al 9 de diciembre del mismo año. Fueron 52 días de cautiverio en el que fui víctima de abuso sexual y, los tres (su esposo también había sido secuestrado y luego liberado para que pagara el rescate), de tortura sicológica. El 9 de diciembre fuimos liberados en un operativo de la Agencia Federal de Investigación (AFI). Acusados de nuestro secuestro fueron detenidos Israel Vallarta y Florence Cassez, esta última de origen francés, quien ahora se presenta como víctima de mi caso y no como cómplice del mismo.

“Florence Cassez, continúa la señora Ríos Valladares, es la misma mujer cuya voz escuché innumerables ocasiones durante mi cautiverio… la misma voz de origen francés que me taladra hasta hoy los oídos, la misma voz que mi hijo reconoce como la de la mujer que le sacó sangre para enviarla a mi esposo, junto a una oreja que le harían creer que pertenecía al niño. Ahora escucho que Florence clama justicia y grita su inocencia. Y yo en sus gritos escucho la voz de la mujer que, celosa e iracunda, gritó a Israel Vallarta, su novio y líder de la banda, que si volvía a meterse conmigo (entró sorpresivamente al cuarto y vio cuando me vejaba) se desquitaría en mi persona. Florence narra el calvario de la cárcel, pero desde el penal ve a su familia, hace llamadas telefónicas, concede entrevistas de prensa y no teme cada segundo por su vida. No detallaré lo que es el verdadero infierno, es decir, el secuestro. Ni mi familia ni yo tenemos ánimo ni fuerzas para hacer una campaña mediática, diplomática y política (como la que ella y su familia están realizando) para lograr que el gobierno francés y la prensa nacional e internacional escuchen la otra versión, es decir, la palabra de las víctimas de la banda a la que pertenece la señora Cassez. Pero no deja de estremecernos la idea de que Florence, una secuestradora y no sólo novia de un secuestrador (con el que vivía en el mismo rancho y durante el mismo tiempo en el que permanecimos mi hijo y yo en cautiverio), ahora aparezca como víctima y luche para que se modifique su sentencia. Si lo logra o no, ya no nos corresponde a nosotros, aunque no deja de lastimarnos”, dice la carta que acaba de publicar, desde el extranjero donde vive ahora, temerosa porque el resto de la banda no ha sido detenida, la señora Ríos Valladares.

Hay más víctimas que reconocen públicamente la participación de Cassez en sus secuestros. Puede ser que se hayan dado errores en el procedimiento del arresto de Cassez, pero es imposible no escuchar la voz de las verdaderas víctimas, de las que fueron objeto del secuestro, de los abusos, de los agravios y hacer pasar a su victimaria como inocente. Dicen los abogados defensores de la joven Cassez que de acuerdo con la Convención Europea, ella debe cumplir su condena en su país para poder estar en contacto con sus familiares, pero en realidad lo que están planteando es que sea remitida a Francia y que allí sea liberada de un “proceso injusto” en el cual se pone en el banquillo de los acusados a la procuración de justicia y no a la secuestradora.

Puede ser lógico que el presidente Sarkozy reciba al padre de Cassez antes de viajar a México o que sea visitada en la cárcel (se decía que hoy sería visita por la propia esposa del presidente, Carla Bruni, lo cual sería por lo menos poco diplomático en el contexto de la visita), pero de allí a exigir la liberación o el traslado de una mujer que se ha acreditado plenamente que ha participado en uno de los delitos más dolorosos para la sociedad hay demasiada distancia. Más aún cuando toda la estrategia de Cassez ha pasado por desacreditar la justicia y ha mentido, primero respecto a su relación con Israel Vallarta y luego incluso de la relación de sus padres con ella y su novio (para quitarle peso a la relación dijo que ni siquiera sus padres conocían a Vallarta…hasta que aparecieron las fotos de ellos con la propia Cassez y el jefe de la banda), y tampoco ha reconocido su responsabilidad en el delito. En otras palabras, ni siquiera ha buscado colaborar con la justicia para desarticular la organización de la que era miembro.

La impunidad no puede tener pasaporte. Ningún otro crimen lastima y agrede más a la sociedad mexicana que el secuestro, sobre todo los violentos, plagados de abusos, como los que cometía esta banda de delincuentes. El presidente Sarkozy, por supuesto, debe hacer que se respeten los derechos de sus connacionales pero no puede impulsar la impunidad.

PD: desde este fin de semana Cadena 3 ha comenzado a emitir su señal por el sistema Sky. Es un paso importante para ese canal, para su oferta y para equilibrar las condiciones de participación en un medio tan disputado y concentrado como es la televisión en nuestro país. Enhorabuena.

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