Los ecos de la guerra, aquí y allá
Columna JFM

Los ecos de la guerra, aquí y allá

La oficina antidrogas del departamento de Estado en Washington acaba de presentar un diagnóstico de la situación del narcotráfico en nuestro país que muestra en toda su magnitud el desafío que éste conlleva, al mismo tiempo que coloca en tela de juicio, también, los esquema de colaboración entre ambas naciones.

La oficina antidrogas del departamento de Estado en Washington acaba de presentar un diagnóstico de la situación del narcotráfico en nuestro país que muestra en toda su magnitud el desafío que éste conlleva, al mismo tiempo que coloca en tela de juicio, también, los esquema de colaboración entre ambas naciones.

Las cifras ahí están: el narcotráfico en México mueve unos 25 mil millones de dólares al año; trabajan en él, si incluimos a quienes se dedican a la siembra y cuidado de cultivos unas 300 mil personas; se generan 18 toneladas anuales de heroína y unas 16 mil toneladas de marihuana; ingresan a Estados Unidos anualmente unas 600 toneladas de cocaína. Mientras tanto en México, como lo dio a conocer la encuesta nacional de adicciones 2008, hay unos 4.5 millones de consumidores de droga de los cuales unos 500 mil se reconocen como adictos a alguna de ellas. Podríamos sumarle que desde el inicio de la administración Calderón ha habido más de 8 mil muertos en la lucha contra el narcotráfico y unos 50 mil detenidos.

Las cifras son duras y son reales, no están falseadas. Pero deben ser colocadas en contexto, para ver qué se requiere hacer a ambos lados de la frontera. Comencemos por el dinero. Es verdad que el narcotráfico en México maneja esas cifras, unos 25 mil millones de dólares. De esa cantidad se estima que en nuestro país se quedan unos seis mil millones de dólares ¿qué ocurre con los otros 19 mil millones de dólares?: terminan en el sistema financiero estadounidense. No es, tampoco, una especulación: según las propias autoridades de ese país, 90 centavos de cada dólar que genera el narcotráfico ingresa en su sistema financiero. El negocio, según las cifras más conservadoras, deja en la Unión Americana unos 60 mil millones de dólares de utilidades. Esos recursos son los que alimentan el narcotráfico en países como México, Colombia y los propios Estados Unidos. Y todos deberíamos saber que el punto clave es el ingreso de ese dinero al sistema: una vez en él resulta ya prácticamente imposible rastrearlo. México debe hacer mucho en ese sentido, pero Estados Unidos aún más: por ejemplo, en lo que va del sexenio se han decomisado en México casi 400 millones de dólares en efectivo de cárteles del narcotráfico. ¿Cuánto se ha decomisado en Estados Unidos?. No hay una cifra: según la operación Xcelletor , de las mejores que se han hecho en la unión Americana, que permitió la captura de 750 elementos de las redes de El Chapo Guzmán en Estados Unidos, se decomisaron, por ejemplo, 59 millones de dólares. la administradora de la DEA, Michelle Leonheart, dijo que con ello quedaba desarticulado ese cártel en Estados Unidos. ¿Cómo siguen, entonces, operando?

Ingresan a la Unión Americana, dice el departamento de Estado, unas 600 toneladas de cocaína al año. Es verdad, y toda ella se produce en los Andes, y un porcentaje muy alto pasa por México para llegar a ese mercado. En este sexenio se han decomisado casi 100 toneladas de cocaína y más de dos mil toneladas de marihuana. Por supuesto que no es suficiente, porque además tenemos un alto porcentaje de droga que se está quedando en México para alimentar el mercado interno. ¿Cuánto se ha decomisado del otro lado de la frontera?. No tenemos cifras pero dudo que sea un porcentaje mayor.

El mercado nacional es, lamentablemente enorme: 4 millones y medio de consumidores y medio millón de adictos. En Estados Unidos se estima que hay unos 20 millones de consumidores habituales y unos seis millones de adictos, que además pagan mucho más por la droga que en nuestro país. Nada más lejano de considerar aquella falacia de que México es el trampolín de las drogas porque Estados Unidos es la alberca: somos alberca y trampolín y buena parte de la violencia y de la inseguridad que vivimos proviene precisamente del consumo interno de drogas y de las bandas y pandillas que se disputan el control territorial para abastecer ese mercado, además de las grandes rutas para hacer llegar la droga al otro lado de la frontera. Pero, evidentemente, tampoco se puede pensar que el tema del consumo tiene una dimensión sólo nacional.

Vayamos a otro ámbito: la cantidad de personas involucradas, de una u otra forma en el tráfico: las cifras en México hablan de 150 a 300 mil personas. Según algunos estudios, si se involucra a sus familias tendremos a cerca de un millón de personas que participa en el entramado de las drogas, desde su producción hasta su comercialización. ¿Cuántos participarán para tener redes de distribución y comercialización, como se ha dicho por las propias autoridades estadounidenses hablando sólo del cártel de El Chapo Guzmán, presencia en por lo menos 230 ciudades de ese país?

Ocho mil muertos derivados del combate al narcotráfico y de la guerra entre las propias organizaciones criminales es una cifra brutal. Pero esa cifra se alimenta de otra: la entrada de armas de todo tipo de Estados Unidos a México. Se han decomisado en México 14 mil armas largas y una cifra similar de armas cortas y centenares de granadas. Hay 12 mil armerías en la zona fronteriza que abastecen ese mercado. En Arizona, donde se ha tomado en serio ese combate, existe ya un propietario de una armería detenido por participar de ese tráfico.

El combate al narcotráfico requiere de un enorme esfuerzo nacional, pero también de la colaboración en este caso bilateral pero también de la comunidad internacional. En el caso de Estados Unidos, la colaboración militar de la que se habló este fin de semana sería muy útil para controlar el fenómeno del otro lado de la frontera y para el intercambio de inteligencia. Sería importantísimo también que los recursos de la Iniciativa Mérida fueran, finalmente, liberados, como se aprobó desde hace meses. El tema trasciende las fronteras y el eco a ambos lados de ella, es consecuencia del estruendo que produce aquí y allá.

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