Ahumada: lo indiscutible es la corrupción
Columna JFM

Ahumada: lo indiscutible es la corrupción

Se puede creer o no en lo que dice Carlos Ahumada en su libro Derecho de Réplica, pero lo cierto es que el libro, incluso para aquellos que lo ven como una suma de chismes políticos, es una suerte de strip tease de la vida política nacional. Y si se cree una parte de la historia se debe creer la otra.
Las propias reacciones que se han generado con el libro son una demostración de lo que está mal. La mayoría de los actores y los involucrados se han sentido, con o sin razón, ofendidos; para López Obrador es la demostración del complot en su contra; otros dicen no haber conocido o sólo haber visto ocasionalmente a Ahumada; algunos prefieren el silencio, pero lo importante del libro en todo caso no es saber si Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos se pusieron de acuerdo con Ahumada y con muchos otros para divulgar los videos, sino el contenido de los mismos, como lo hemos dicho desde el 2004.

Se puede creer o no en lo que dice Carlos Ahumada en su libro Derecho de Réplica, pero lo cierto es que el libro, incluso para aquellos que lo ven como una suma de chismes políticos, es una suerte de strip tease de la vida política nacional. Y si se cree una parte de la historia se debe creer la otra.

Las propias reacciones que se han generado con el libro son una demostración de lo que está mal. La mayoría de los actores y los involucrados se han sentido, con o sin razón, ofendidos; para López Obrador es la demostración del complot en su contra; otros dicen no haber conocido o sólo haber visto ocasionalmente a Ahumada; algunos prefieren el silencio, pero lo importante del libro en todo caso no es saber si Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos se pusieron de acuerdo con Ahumada y con muchos otros para divulgar los videos, sino el contenido de los mismos, como lo hemos dicho desde el 2004.

No es el tema de este espacio especular sobre las razones o la ética que tuvo Ahumada para filmar secretamente en sus oficinas a una larga lista de personajes relacionados de una u otra forma con el PRD y sobre todo con López Obrador. El punto es que los videos existen y muestran a muchos de esos personajes en francos actos de corrupción que, paradójicamente, no parecen ser parte del debate, como no lo fue entre el 2004 y el 2006. En todo caso si Salinas y Diego complotaron contra López Obrador lo hicieron no para inventar una historia sino para divulgarla, y el delito está en los 400 millones de pesos que dice Ahumada le entregó a los funcionarios del DF y al PRD en forma ilegal.

Un diputado bejaranista dice que exigirá una comisión legislativa que investigue si hubo complot. Todo es posible en el congreso, pero entonces esa comisión debería investigar como punto medular si es verdad lo que dice Ahumada sobre el pago de comisiones a todo tipo de funcionario capitalino; si es verdad que para construir en el DF en las últimas administraciones perredistas se tenía que contar con el “beneplácito” de las autoridades. Si Ahumada financió las campañas perredistas, varias, pero sobre todo la del 2003, donde asegura que invirtió unos 200 millones de pesos; hay que hacer una investigación de fondo en banca Afirme, porque Ahumada asegura que para seguir otorgándole obras públicas en el DF, los funcionarios capitalinos encabezados por René Bejarano, le pedían que solicitara créditos a ese grupo financiero para que ese dinero le fuera entregado directamente a esos funcionarios mientras que Ahumada asumía los costos del mismo. Habría que preguntarse si ese mecanismo funcionaba así sólo con Ahumada o si funcionó o sigue funcionando de la misma manera con los constructores que fueron privilegiados con distintas obras (la enorme mayoría por adjudicación directa) durante estos años y, en todo caso, como dice el propio Ahumada y como hemos insistido muchos analistas, porqué no podemos saber cuánto ha costado realmente el segundo piso del Periférico y otras obras viales que se han clasificado como secretos de Estado por el gobierno capitalino (se podrán divulgar hasta el 2014, si no me equivoco).

Hay que investigar la denuncia que hace Ahumada de que Claudia Sheimbaum, quien obviamente ni sabía ni sabe nada de obras públicas, se hizo cargo, por indicaciones del propio López Obrador (ese es un hecho público) de las mismas para que supervisara el manejo financiero extra legal en relación con Bejarano. Olvidemos las opiniones personales sobre Imaz y su relación de pareja, pero en este sentido, debe ser relativamente sencillo comprobar si es verdad que Ahumada le pagó a Sheimbaum y Carlos Imaz un viaje a Europa poco antes de que éste asumiera como delegado en el DF. Pero no se trató de sólo un viaje: según cuenta Ahumada sólo a Imaz le entregó unos 4 millones 600 mil pesos. Mientras tanto, el responsable de las finanzas capitalinas, Gustavo Ponce realizó, y eso también está documentado, en unos meses 17 viajes para apostar en Las Vegas sumas millonarias. Esos viajes también fueron financiados por Ahumada. Y todo lo sabía López Obrador, porque el propio Ahumada dice que le pidió que lo dejaran salir del entramado y como respuesta el entonces jefe de gobierno simplemente dejó de hablarle y aumentó la presión en su contra.

Mucho más es lo que recibió Bejarano, coordinador de campaña, secretario particular y luego líder de la Asamblea con López Obrador, con todo el respaldo del gobierno local. Cada vez que Ahumada pedía que le pagarán lo que le debían, dice el empresario, Bejarano y la contralora Bertha Luján, le enviaban auditorías para que reconsiderara su posición. Hasta que el 13 de enero, en una última reunión en el restaurante Balmoral en el hotel Presidente del DF, ante el reclamo de Ahumada para el pago de 400 millones de pesos que le adeudaban entre el PRD y el GDF, Bejarano lisa y llanamente le dijo que si seguía con ello lo metería a la cárcel. Lo que finalmente ocurrió.

¿Qué todo es mentira?, puede ser pero en todo caso también lo sería lo del complot. Sin embargo existen dos diferencias notables: primero, los datos duros. Puede ser o no que varios políticos se unieron para difundir los hechos de corrupción del gobierno capitalino, pero de eso no hay constancia: de lo que existe constancia y plena, ahí están los videos, es de esos actos de corrupción. Podrá ser correcto o no ponerse de acuerdo para hacer una exhibición pública de los mismos, pero desde cualquier punto de vista, desde el ético hasta el legal, es mucho más grave la corrupción que divulgarla. Y segundo, que según el propio Ahumada, existen videos no divulgados que reafirman lo anterior y que involucran a prácticamente toda la estructura del GDF y el PRD local de aquellos años. Se pueden creer o no los dichos de Ahumada, pero el hecho es que los delitos que se ven en los videos son incontrovertibles y han quedado impunes.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil