Guardería ABC: huele a impunidad
Columna JFM

Guardería ABC: huele a impunidad

A casi una semana del incendio de la guardería ABC la investigación sobre los responsables de los hechos en los que murieron por lo menos 44 niños (mientras que al momento de escribir estas líneas otros diez se debatían entre la vida y la muerte), sigue transitando por un limbo en el cual las autoridades han ofrecido explicaciones sobre la responsabilidad de un refrigerador que hizo corto circuito y se incendió, de cómo el mismo se trasladó hacia unos papeles y luego al espacio entre el plafond falso y el verdadero techo de la guardería. Pero lo cierto es que eso no explica nada.

A casi una semana del incendio de la guardería ABC la investigación sobre los responsables de los hechos en los que murieron por lo menos 44 niños (mientras que al momento de escribir estas líneas otros diez se debatían entre la vida y la muerte), sigue transitando por un limbo en el cual las autoridades han ofrecido explicaciones sobre la responsabilidad de un refrigerador que hizo corto circuito y se incendió, de cómo el mismo se trasladó hacia unos papeles y luego al espacio entre el plafond falso y el verdadero techo de la guardería. Pero lo cierto es que eso no explica nada.

El gobernador Eduardo Bours ha dicho que él no es responsable de las inspecciones de instalaciones como la guardería, y posiblemente es verdad pero entonces quién es el responsable. Porque el hecho es que desde el 2001, la guardería recibía sistemáticamente las inspecciones de las autoridades que se entregaban a la dirección del IMSS y siempre se reportaba que estaba en óptimas condiciones para su operación. Era mentira, ahora lo sabemos con el testimonio irrefutable de más de 40 bebés muertos.

Las preguntas son demasiadas. Primero, ¿porqué se construyó un techo falso en la guardería (un edificio que originalmente había sido una bodega) con materiales como poliuretano y según los primeros informes nos desmentidos, asbesto?. El poliuretano es altamente inflamable y eso explica tanto el humo que generó la muerte por asfixia de muchos niños como las brutales quemaduras que sufrieron cuando se derrumbó sobre ellos el techo falso. El asbesto es similar pero peor en todos los sentidos. Pero si se confirma que ese techo era de asbesto se estaría cometiendo un doble delito porque las construcciones con ese material están prohibidas por la secretaría de salud desde el año 2004. Según la propia SSA el asbesto esta prohibido, en México (y en buena parte del mundo), porque sus fibras pueden inhalarse y retenerse en los alvéolos y pueden causar fibrosis pulmonar, engrosamiento pleural y cáncer. A eso estaban expuestos los bebés aunque no hubiera algún incendio. En ese techo falso dicen que existían sensores de humo pero no estaban colocados en lugares donde lo pudieran detectar. Se asegura que el incendió comenzó en la bodega adjunta que estaba rentada por el propio gobierno del estado. ¿Qué había en ella que era tan inflamable, quiénes trabajaban allí que no pudieron darse cuenta o controlar un incendio de esa magnitud?¿quién autorizó que junto a una guardería se instalara esa bodega, una llantera, más adelante una gasolinera?.

Se asegura que el incendio se propagó porque existía hoyos en la pared que separaba la bodega gubernamental de la guardería y que por ellos el fuego y el humo pasaron al espacio vacío que existía entre el techo falso y el real. ¿Hoyos en la pared entre una bodega del gobierno y una guardería con 150 niños y bebés propiedad de familias de funcionarios estatales?¿nadie reparó en ello?

Ya en la guardería la más reciente inspección, de mayo pasado, asegura que se tenía extintores de incendio (no había o no funcionaron), dos salidas de emergencia (una estaba bloqueada y la otra cerrada con llave), rutas de evacuación (que tampoco funcionaron) e incluso que se había hecho un ensayo de evacuación que había permitido sacar a todos los niños del edificio en poco más de dos minutos. Tampoco era verdad según el testimonio de algunos de los trabajadores de la propia guardería.

El destino siempre nos puede jugar una mala pasada, pero en estos casos, el destino fue guiado por la corrupción y la indolencia. Las autoridades nos deben responder quién es responsable de lo ocurrido. Y hasta hoy nadie asume esa responsabilidad: las autoridades dicen que están investigando al ex presidente municipal Francisco Búrquez (me imagino que también a su sucesor Ernesto Gándara); al director de prestaciones del IMSS, Sergio Salazar; a la subdelegada del IMSS en Hermosillo, Guadalupe Morales y a Yadira Barrera, coordinadora regional de guarderías. Seguramente se los tendrá que investigar pero la pregunta inicial, que se tendría que haber podido responder en horas es quién o quiénes realizaron las inspecciones trimestrales de las instalaciones de la guardería y con base en qué dijeron que se encontraba en una situación óptima de operación. Simultáneamente quién otorga los permisos de uso de suelo, porqué se consideró que un ex bodegón cumplía con los requisitos para ser una guardería pero también porque se permitieron en condiciones precarias, ahora resulta evidente que era así, que se instalaran en torno suyo otros giros que podían ser peligrosos. A partir de allí se puede reconstruir la pirámide: si se actúa al revés (recordemos el News Divine, por ejemplo) se crean grandes acusaciones que nunca se pueden comprobar y nadie resulta responsable de nada: pareciera que algo así se está dando en Hermosillo.

Me intriga que no se pueda dar a conocer, de inicio, esos datos. Se asegura que una de las razones de esa dilación es que se está intentando cambiar la presentación de las normas de operación para que éstas digan que los criterios para funcionamiento de guarderías se deben aplicar a “futuras guarderías” y no a las ya existentes (la ABC tenía muchos años y sus propietarios la compraron desde el 2001) como una forma de protección legal. Me intriga también que haya tan poca información sobre la bodega contigua, que rentaba el gobierno del Estado. Se dice que había papeles y placas y que el incendio, lo dijo el alcalde Gándara, se expandió “asombrosamente rápido” en esa estancia y hacia la guardería. Eso ocurrió a las tres de la tarde ¿nadie en la bodega o en la propia guardería lo pudo detectar?

Son demasiadas preguntas sin respuesta, son demasiados intereses involucrados, es demasiado olor a impunidad el que se percibe. Hasta ahora de las autoridades hemos visto llantos y disculpas. Esperemos ver también justicia.

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