Legisladores y partidos sin recortes
Columna JFM

Legisladores y partidos sin recortes

En un momento que debería estar marcado, para todos, por la austeridad, los partidos políticos y el congreso han hecho gala de un enorme desprecio por lo que pregonan para los demás. Mientras se recortan todo tipo de programas, incluyendo algunos de los sociales y de seguridad, los partidos y ambas cámaras gozan de un presupuesto millonario y en lugar de reducirlo planean incrementarlo.

En un momento que debería estar marcado, para todos, por la austeridad, los partidos políticos y el congreso han hecho gala de un enorme desprecio por lo que pregonan para los demás. Mientras se recortan todo tipo de programas, incluyendo algunos de los sociales y de seguridad, los partidos y ambas cámaras gozan de un presupuesto millonario y en lugar de reducirlo planean incrementarlo.

Recordemos que es el congreso, senadores y diputados, los que establecen su propio presupuesto, que no puede ser modificado por el ejecutivo, y ellos, también determinan los recursos destinados al IFE y los partidos políticos. Pues bien, para este 2010 el senado se ha destinado un incremento presupuestal del 21 por ciento respecto al 2009, lo que representa un aumento de 685 millones de pesos, dando un total de 3 mil 819 millones para este 2010, nada mal si consideramos que hay 128 senadores, lo que nos da un presupuesto para cada senador de unos 30 millones de pesos anuales. La cámara de diputados, que tantos escándalos ha generado con sus gastos, sus bonos y sus compensaciones de fin de legislatura, se ha dado, en principio, para el próximo año un presupuesto de 5 mil 153 millones de pesos, similar al ejercido en el 2009.

Son cifras muy altas y ninguna de las cámaras, fuera de una declaración del nuevo presidente del senado, Carlos Navarrete, se ha propuesto una reducción presupuestal, en un momento en el que ellos mismos están realizando drásticos cortes a varios otros rubros. Ha habido, como siempre otros detalles que muestran la ausencia de sensibilidad en estos temas o, si se quiere, la existencia de una normatividad que se rige por criterios muy diferentes al de cualquier otro asalariado: el 10 de septiembre todos los diputados recibieron una sorpresa, cobraron íntegro el mes de septiembre por adelantado.

La dilapidación de recursos continúa en los partidos políticos, cuyo presupuesto también aprueba el congreso y tampoco puede modificar el ejecutivo. Para el año próximo se estima un presupuesto federal para los partidos políticos de 3 mil 633 millones de pesos, una cifra que se incrementa considerablemente con las aportaciones de todos y cada uno de los estados y el Distrito Federal. Por ejemplo, además de esos tres mil 600 millones del ámbito federal, los partidos reciben, en el estado de México, 248 millones de pesos, una cantidad que se duplica cuando hay elecciones locales; en Jalisco se aprobó un presupuesto local para los partidos de 166 millones; en Tamaulipas, se ejerció en este 2009 un presupuesto de 43 millones; en Quintana Roo se aprobaron 45 millones para el 2010. Y así se podría seguir en todos los estados. Sin embargo, no aparece en ninguna parte, porque ni el IFE ni ninguna institución lo ha hecho, cuál es el verdadero gran total de lo que reciben los partidos y cada uno de ellos, integrando los recursos federales y locales. Un estimado global daría un presupuesto total del doble del federal, aproximadamente 8 mil millones de pesos.

¿Es lógico, es justo que los partidos se financien en ese porcentaje y con esas cantidades de recursos públicos sobre todo en un momento de crisis?. Porque además nos encontramos con que existen para los propios partidos otras vías de financiamiento privadas, e incluso que transitan en el filo de la legalidad, como los recursos que vía el congreso federal y los locales, o a través de los gobiernos perredistas, recibe el movimiento de López Obrador y que suma millones de pesos cada mes.

No deja de ser significativo que, en este contexto, se insista tanto en la necesidad de realizar recortes en el gobierno federal, se hable tanto del crecimiento del gasto corriente o de las plazas de confianza del ejecutivo federal (lo que es verdad) pero no se asuma jamás que para tener legitimidad moral para realizar esos ajustes, los congresistas tendrían que comenzar por casa, revisando su propio presupuesto y el de los partidos políticos, e instituciones electorales y políticas, que ellos establecen y que no admiten modificaciones por parte del ejecutivo. Nada de eso ocurre desde hace años, pero ahora que estamos en una situación de crisis y cuando se exigen, con razón, ahorros muy importantes del ejecutivo, el congreso, el judicial y los gobiernos estatales tendrían que estar en la misma lógica. Y en el caso del congreso ese ajuste presupuestal tendría que ir de la mano de una drástica reducción de los propios diputados y senadores. No hay ninguna razón para tener 200 diputados plurinominales y menos aún para tener 32 senadores plurinominales, cuya sólo existencia es una violación al pacto federal y el equilibrio de poder entre los estados.

Las incongruencias van más allá: se plantea una reducción de los gastos corrientes del gobierno pero, al mismo tiempo, el PRD ha anunciado, por ejemplo, que se opondrá a la desaparición de las secretarías de Turismo y de la Reforma Agraria, porque considera a ambas estratégicas. En el PRI se han escuchado voces similares. En realidad, es una oposición sin sentido: Reforma Agraria ha perdido razón de ser desde las reformas a la propiedad del campo realizadas en 1993. Es verdad que son necesarios los registros de propiedad agraria y los tribunales especializados, pero nada más, las otras tareas que cumple Reforma Agraria las podría realizar, sin problemas y sin crear nuevas estructuras, por una parte Agricultura y por la otra Sedesol. Con Turismo pasa algo similar: no se puede apoyar o no la fusión de dos secretarías con base a que a un partido le gusta o no el titular de una de ellas. El turismo es estratégico para el país, pero es parte de la actividad económica y así está esa cartera institucionalizada en casi todos los países. ¿Se habrán preguntado nuestros legisladores porqué nuestro gabinete legal es más amplio y con mayores carteras que el de la mayoría de los países industrializados?

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