Cambios sin expectativas
Columna JFM

Cambios sin expectativas

Se efectuaron los cambios tan anunciados y, lamentablemente, todos estuvieron muy por debajo de las expectativas que se habían generado: salieron el procurador general de la república, Eduardo Medina Mora, el secretario de agricultura, Alberto Cárdenas y el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles y sus reemplazantes no parecen llenar, siquiera, el perfil de los que salieron.

Se efectuaron los cambios tan anunciados y, lamentablemente, todos estuvieron muy por debajo de las expectativas que se habían generado: salieron el procurador general de la república, Eduardo Medina Mora, el secretario de agricultura, Alberto Cárdenas y el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles y sus reemplazantes no parecen llenar, siquiera, el perfil de los que salieron.

En la PGR el presidente propondrá al senado a Arturo Chávez Chávez. No es un mal funcionario, pero parece estar lejos del perfil y las exigencias de un procurador general de la república. Chávez Chávez, un hombre muy cercano a Diego Fernández de Cevallos, fue subsecretario con Carlos Abascal y procurador de Chihuahua en el momento más oscuros de la violencia contra las mujeres en la entidad, cuando Francisco Barrio era gobernador y se sostenía que las mujeres eran asesinadas porque se lo buscaban, porque iban a bares y cometían la temeraria tarea de salir solas de noche. Si, como decíamos ayer, Eduardo Medina Mora, había cumplido con su tarea pero era, además, un interlocutor privilegiado del gobierno con muchos sectores de la iniciativa privada y la oposición, Chávez Chávez no cumple con el perfil de ser un penalista de primer nivel (como no lo han sido los últimos procuradores) pero tampoco un operador y conocedor en temas de seguridad, y tampoco es un interlocutor político. ¿Qué agrega políticamente el nuevo procurador al gabinete?. En principio y salvo prueba en contrario, prácticamente nada.

En Agricultura, la salida de Alberto Cárdenas era inevitable. Es verdad que el presidente habló del aumento de la producción en ciertos sectores del campo, pero la verdad es que ello es mérito de los productores, no del ex gobernador de Jalisco que, desde hace casi dos años, generaba tal rechazo en las organizaciones campesinas que éstas habían decidido no mantener contactos formales con el secretario del sector. En su lugar llegó un hombre, Fracisco Javier Mayorga, que ya estaba en el sector, era subsecretario y había sido secretario en los dos últimos años de Vicente Fox sin ningún acierto notable: incluso que pasara de la secretaría a la subsecretaría llamó en el 2006 poderosamente la atención. Quizás el mayor mérito es que llena la cuota regional, porque también proviene de Jalisco, pero nada más. Recordemos, por ejemplo, como no había nada negociado, acordado, con las organizaciones campesinas cuando asumió esta administración y estábamos en plena crisis alimentaria.

Tanto Chávez Chávez como Mayorga, podrían ser buenos funcionarios públicos de segundo nivel, pero en la titularidad de ambas oficinas no agregan absolutamente nada al gabinete presidencial, incluso en términos de la lealtad que con razón defiende el presidente y de la capacidad técnica o política para encarar sus nuevas responsabilidades.

El cambio en Pemex es un poco más coherente, pero tampoco demasiado. En términos políticos tiene mucha mayor dimensión Jesús Reyes Heroles que Juan José Suárez Coppel. Este es un hombre técnicamente bien calificado, cercanísimo a Francisco Gil Díaz y que puede administrar bien Petróleos Mexicanos, pero políticamente no aporta nada nuevo, por lo menos comparado con el propio Reyes Heroles.

¿Por qué este tipo de cambios?. Porque como advertimos hace unos meses, una de las tentaciones que debía superar el presidente Calderón era el de conformar un gabinete azul, porque su partido quería para sí algunas posiciones claves en el equipo gubernamental. Y así fue, se desplazó a dos funcionarios políticamente muy capaces, con capacidad de interlocución y operación, como Medina Mora y Reyes Heroles, por dos hombres cuyo mayor mérito parece ser el que son panistas o trabajaron con administraciones de ese partido.

Tampoco dice más políticamente Mayorga que Alberto Cárdenas, son del mismo estado, el mismo grupo del PAN, con la misma concepción de las cosas y con un perfil bajo. Pero ninguno de los tres son panistas de peso y raigambre, no son políticos que le digan algo a la gente o a los partidos de oposición. Si ello es grave con Chávez Chávez y con Suárez Coppel, resulta incomprensible con Mayorga: ya ha estado allí y sus resultados fueron pobres. No aporta al nuevo gabinete política ni operativamente.

Los cambios son azules, es verdad, pero tampoco estamos ante cuadros que le digan algo al propio panismo: una es una posición de Diego Fernández y Francisco Barrio, el otro del panismo tapatío que no vive precisamente sus mejores horas, y el tercero es de Gil Díaz, el secretario de Hacienda de Fox. Pero ninguno es siquiera consejero del PAN y tampoco se los recuerda por su capacidad de interlocución con otros grupos políticos y sociales, particularmente de la oposición.

No son cambios que recuperarán las expectativas y el optimismo. Y eso es lamentable porque esas expectativas y optimismo sí se habían generado con el mensaje del presidente del 2 de septiembre pasado. Allí hay un programa, una base sobre la cual trabajar. Pero para eso se requieren nombramientos de mayor nivel, de mayor dimensión política.

¿Cómo se pueden leer estos nombramientos entonces?. Como una confirmación de que la política real se hará desde Los Pinos y que en esas secretarías se buscarán buenos administradores. En el terreno de la seguridad, es claro que el control del área quedará en las manos del secretario de seguridad pública, Genaro García Luna, quizás en la única señal, con estos cambios, que puede ser positiva por la propia concentración de esas funciones en esas manos. En agricultura no se puede esperar cambio alguno y en Pemex habrá que ver qué ocurrirá con la secretaría de Energía.

Los cambios eran para generar expectativas y éstas no se despertaron, al contrario. Habrá que esperar para ver si con el trabajo de los nuevos miembros del gabinete se puede revertir esa situación. Pero algo se perdió respecto a lo vivido el dos de septiembre pasado.

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