La alianza ¿imposible? del PRD y el PAN
Columna JFM

La alianza ¿imposible? del PRD y el PAN

Decía Jorge Luis Borges, mi poeta preferido, que no hablaba de venganzas ni perdones porque “el olvido es la única venganza y el único perdón”. ¿Por dónde pasan el ovldido, la venganza y el perdón en la política?. Es una hipótesis, una línea de reflexión, no es el producto de información dura, pero no es descabellada y está construida con una suma de datos provenientes de distintas fuentes. Para muchos puede sonar descabellado analizando lo ocurrido pero ¿no estaremos en el preámbulo de una vuelta de tuerca política que nos lleve a ver una serie de alianzas políticas entre el PAN y el PRD basada en el muy pragmático objetivo de frenar al PRI, por lo menos en las próximas elecciones estatales y de cara al 2012?

Decía Jorge Luis Borges, mi poeta preferido, que no hablaba de venganzas ni perdones porque “el olvido es la única venganza y el único perdón”. ¿Por dónde pasan el ovldido, la venganza y el perdón en la política?. Es una hipótesis, una línea de reflexión, no es el producto de información dura, pero no es descabellada y está construida con una suma de datos provenientes de distintas fuentes. Para muchos puede sonar descabellado analizando lo ocurrido pero ¿no estaremos en el preámbulo de una vuelta de tuerca política que nos lleve a ver una serie de alianzas políticas entre el PAN y el PRD basada en el muy pragmático objetivo de frenar al PRI, por lo menos en las próximas elecciones estatales y de cara al 2012?

¿Será por eso que el presidente Calderón adoptó en el proceso de negociación del paquete fiscal medidas y discursos que muy bien podrían haber venido de algunos sectores del perredismo?¿será por eso el pleito con los empresarios, para equilibrar discursos y tomas de posición respecto a una iniciativa privada (por lo menos una parte de ella) que está viendo con buenos ojos un hipotético regreso del PRI?¿será por eso que se han sacado adelante, sobre todo en el senado con Carlos Navarrete, pero también entre los diputados, particularmente cuando Acosta Naranjo y Jesús Zambrano desplazan a Alejandro Encinas, diversas iniciativas que el PRD rechaza en público pero vota en el salón de sesiones, desde el paquete fiscal y el presupuesto hasta, en varios estados, no en todos, las leyes de interrupción del embarazo?¿en su peculiar estilo, como decíamos ayer, no abrió una puerta el propio López Obrador cuando señaló ya no a Felipe Calderón y al PAN sino a Enrique Peña y al PRI como los nuevos enemigos, colocando al presidente en el papel de “chivo expiatorio”?

Son preguntas pero coinciden con una estrategia que en algunos sectores del perredismo (y sus satélites) lo mismo que en corrientes panistas parece estar tomando forma: las de las candidaturas comunes en varios estados para enfrentarse al PRI. Esa intención es pública ya en Oaxaca, pero también se ha hablado de ella en Puebla, en Veracruz y en Hidalgo y podría darse hasta en Guerrero y Chihuahua. En Oaxaca se impulsa a Gabino Cué para reeditar la alianza del 2004; en Hidalgo, Xochitl Gávez está apostando a ello. En Guerrero si la candidatura perredista recayera en alguien como Ruth Zavaleta podría tener el apoyo panista y en Puebla y Veracruz se ven las cosas más difíciles porque no aparecen nombres aglutinadores pero la intención está presente. Hay quienes piensan que Chihuahua podría ser otra posibilidad con Javier Corral de candidato. Si la estrategia funciona, el siguiente objetivo serían las decisivas elecciones del estado de México en el 2011.

La idea sería disputarle todos esos estados al PRI porque es allí donde está su mayor reserva electoral. De alguna forma se trata de volver a vivir lo que se ha planteó, y en algunas ocasiones se hizo, hasta el año 2000: la búsqueda de un frente único opositor, en este caso no contra el gobierno sino contra quien pudiera ganarlo. No es, como decíamos, descabellado, pero es una jugada de alto riesgo porque esos partidos están tan lejos de tener mayores afinidades que ese interés de corto plazo y sería compleja también la integración de sus programas y gobiernos en caso de que ganaran. Es de alto riesgo porque si incluso así el PRI de todas forma gana esos estados no sólo estaría prácticamente definida la elección del 2012 sino también un futuro político en el que volverían a estar ausentes los acuerdos multipartidarios. Y puede ser una alianza demasiado inestable, donde el que más tiene que perder sería el PAN porque en el propio PRD, varios de los mismos personajes que están planteando estas alianzas con el blanquiazul, también están pensando, luego de los comicios presidenciales y si gana el PRI, a un acuerdo para formar una mayoría legislativa común.

Se podrá argumentar que en algunos casos esa es la única posibilidad de derrotar al priismo en varios estados, pero no sé si es la alternativa deseable. No me gusta cuando los partidos pierden sus perfiles, cuando el pragmatismo le gana con tanta facilidad a los programas y las ideas. Pero la posibilidad de que en el próximo año nos asomemos a ello está más presente que nunca desde el año 2000 cuando se propuso ese acuerdo pero ni Vicente Fox ni Cuauhtémoc Cárdenas estuvieron dispuestos a resignar sus candidaturas. Paradójicamente en esta ocasión lo que más puede frenar esa posibilidad vuelven a ser las personalidades: ni Calderón ni López Obrador son Borges, no olvidarán ni perdonarán fácilmente el 2006.

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