¿Quién violó los acuerdos?
Columna JFM

¿Quién violó los acuerdos?

Hace unos meses, cuando se estaba discutiendo la ley de ingresos y el IVA generalizado del 2 por ciento que supuestamente se destinaría al gasto para los sectores más pobres de la población, uno de los más influyentes legisladores priistas me dijo que si en realidad se quería equilibrar la recaudación y apoyar a los sectores más desfavorecidos de la población, lo que había que hacer era eliminar el subsidio a la gasolina, que sumaba para el 2009 bastante más de 200 mil millones de pesos, un subsidio que consideraba regresivo porque apoyaba a los sectores de mayores ingresos y aumentaba así la desigualdad social. Era verdad, reconoció, que por esa vía se presionarían en un primer momento los precios, pero el resultado final sería cuentas públicas más equilibradas y la posibilidad de utilizar mayores recursos en la lucha contra la pobreza.

Hace unos meses, cuando se estaba discutiendo la ley de ingresos y el IVA generalizado del 2 por ciento que supuestamente se destinaría al gasto para los sectores más pobres de la población, uno de los más influyentes legisladores priistas me dijo que si en realidad se quería equilibrar la recaudación y apoyar a los sectores más desfavorecidos de la población, lo que había que hacer era eliminar el subsidio a la gasolina, que sumaba para el 2009 bastante más de 200 mil millones de pesos, un subsidio que consideraba regresivo porque apoyaba a los sectores de mayores ingresos y aumentaba así la desigualdad social. Era verdad, reconoció, que por esa vía se presionarían en un primer momento los precios, pero el resultado final sería cuentas públicas más equilibradas y la posibilidad de utilizar mayores recursos en la lucha contra la pobreza.

No puede más que estar de acuerdo con mi interlocutor quien me dijo, también, que había platicado de ese tema con el propio presidente Calderón y que le llamaba la atención la reticencia en Los Pinos para apoyar esa medida que si se sacaba adelante tendría el apoyo de la mayoría del priismo.

Han pasado poco menos de dos meses de esa plática y el panorama no parece ser más contradictorio. Ha comenzado, porque así está aprobado desde 2007 por todos los partidos, el proceso para empatar los precios locales de la gasolina con los internacionales, luego de que durante el año pasado se frenara ese deslizamiento para no afectar las economías familiares aún más de lo que las estaba golpeando la crisis. Pero si hace dos meses, a decir de mi amigo priista, la reticencia para avanzar en esa medida era de la presidencia, ahora que ésta se ha lanzado, no ha habido el apoyo que se prometía. Los discursos de Beatriz Paredes y de Manlio Fabio Beltrones al respecto parecen competir para ver cuál es el más duro. Beatriz aseguró en ese acto de la CNC donde, con toda razón, tanto llamó la atención la participación de Cuauhtémoc Cárdenas, que su partido había aceptado aumentar los impuestos pero nunca los aumentos de los precios y de las gasolinas.

Para un discurso ante dirigentes campesinos puede estar bien, pero en realidad la dirigenta del partido debe saber que no está diciendo la verdad: ¿alguien puede creer que si se aumenta el IVA, el ISR, se elimina la consolidación fiscal, aumenta el IEPS para todo, desde las bebidas alcohólicas hasta las telecomunicaciones, si aumentan el impuesto a depósitos en efectivo y todos los impuestos locales, incluyendo el de nóminas, esos cargos fiscales no se van a trasladar a los precios?. Si alguien lo cree sería tachado de ingenuo y Beatriz definitivamente no lo es.

Manlio atacó otro aspecto y dijo, en una declaración poco comprensible en él, sin colocarla en otro contexto, que si el gobierno no frenaba los aumentos a la gasolina y los precios, no habría reforma política porque no darían a atribuciones a un gobierno que no escucha. ¿Qué tiene que ver la reforma política con las medidas económicas que, además, eran parte de un  paquete que ya se había acordado y cuyas consecuencias evidentemente serían el aumento de precios?. El contexto parece ser otro: la reforma política se adelantó a presentarla el presidente Calderón antes que lo hiciera el propio Beltrones que venía insistiendo en ella desde casi principio del sexenio. ¿Hubo acuerdo para ello con el influyente senador priista?¿se adelantaron colocando los temas que le interesaban a Los Pinos esperando su apoyo y de alguna forma madrugándolo?. No lo sabemos, pero algo de eso hay. Y la respuesta podría ser ésta, al ligar esa reforma en la que había acuerdo, con un deslizamiento de los precios de las gasolinas, en el que también había acuerdo, pero tratando de demostrar que si un acuerdo aparentemente no se respetó tampoco se respetará el otro. Y en esa lógica de unos y otros, no parece importar que el país se estanque y los costos los paguemos los ciudadanos.

¿Hasta cuándo?

Apenas el martes nos preguntábamos qué esperaba el gobierno del DF para evitar que siguieran las provocaciones de un grupo del SME ante el domicilio de Javier Lozano, si no comprendían que así se estaba rebasando un límite en el cual se coloca en riesgo y se involucra en las luchas políticas a las propias familias. Ayer volvieron los provocadores con Martín Esparza al frente, a ese domicilio y una vez más, el GDF prefirió mirar para otro lado. Del SME sólo queda este grupo de patanes enriquecidos pero ¿realmente quiere Ebrard que no se respeten las reglas básicas de convivencia política?¿quiere asumir ese costo?¿abandonar el centro?¿ya se olvidó el 94?

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