El PRD entre Korrodi y el SME
Columna JFM

El PRD entre Korrodi y el SME

Hablaba el miércoles con Cuauhtémoc Cárdenas sobre su participación en un acto organizado por la CNC, y el fundador del PRD desmentía que ello implicara algo más que eso, que la participación en una celebración del aniversario del Plan de Ayala que había sido ignorada por su partido, y que el tema de las hipotéticas alianzas con el priismo no pasaban más allá de la defensa de intereses comunes en el sector campesino. Pero lo importante era el gesto y sobre todo lo que opina Cárdenas de lo que está sucediendo en el propio PRD.

Hablaba el miércoles con Cuauhtémoc Cárdenas sobre su participación en un acto organizado por la CNC, y el fundador del PRD desmentía que ello implicara algo más que eso, que la participación en una celebración del aniversario del Plan de Ayala que había sido ignorada por su partido, y que el tema de las hipotéticas alianzas con el priismo no pasaban más allá de la defensa de intereses comunes en el sector campesino. Pero lo importante era el gesto y sobre todo lo que opina Cárdenas de lo que está sucediendo en el propio PRD.

No ve su fundador a un partido que esté trabajando, que esté buscando reorganizarse en los estados, no percibe ninguna claridad programática en el mismo y sí demasiada confusión. Según Cárdenas hace meses que no ve ni habla con los dirigentes, no ha sido buscado por Jesús Ortega ni por otros miembros de la dirección  y no está participando con ellos en labor alguna. Sus propuestas programáticas, aquella que presentó luego de la derrota electoral del 5 de julio, no han sido discutidas. También se mostró muy opuesto a las alianzas con el PAN, porque consideró que son adversarios políticos, con programas y plataformas encontradas y que nadie garantiza, incluso si se llegara a ganar algún estado, quién tendrá el control de qué, a quién responderán esas autoridades o cómo se alinearán las fuerzas en cada entidad.

Minutos después de que terminé mi plática con Cárdenas me enteré que Lino Korrodi es el más serio aspirante a ser el candidato del PRD en Tamaulipas y ello me confirmó, una vez más, que Cuauhtémoc, en el diagnóstico que hace de su partido, tiene toda la razón. ¿Qué tiene que ver Lino Korrodi con la autodenominada izquierda mexicana?¿desde cuándo sus posiciones políticas siquiera se acercan a esa corriente?. No tengo nada en contra de Korrodi, pero si mal no recuerdo en las muchas pláticas que tuve con él durante la campaña de Fox y después, cuando rompió con él, sus posiciones eran neoliberales, conservadoras, era partidario de la participación de la iniciativa privada en todo el aparato económico, le gustaba hacer amarres fuertes con los empresarios, y de allí devino, incluso, el escándalo de los Amigos de Fox, del que el ex presidente se deslindó y le dejó la responsabilidad a Korrodi. No recuerdo un solo punto de contacto de Korrodi con el perredismo.

Quizás pueda ser un buen candidato en campaña, pero la pregunta, volviendo a la reflexión de Cárdenas, es quién respaldará a quién. El PRD en Tamaulipas tiene una estructura pobre a pesar de que en el 2006 recibió el apoyo de algunos grupos poderosos y que no participan precisamente de la política y la legalidad. Una candidatura como la de Lino sin duda podría darle algunos votos de más, pero sólo servirá para hacerlo cada vez más ecléctico, más inaprensible, con una línea cada día menos confiable para su propio electorado.

Esa falta de rumbo se pone de manifiesto con la otra cara: el apoyo a los provocadores del SME, proveniente tanto de los grupos radicales de siempre (Gerardo Fernández Noroña, René Bejarano, Jaime Cárdenas en su nuevo papel), como por la que se considera la corriente más moderada del perredismo: la de Marcelo Ebrard. Lo que hicieron los provocadores del SME durante el miércoles pasado es inadmisible: bloquearon la casa y la colonia de Javier Lozano, ahí insultaron al funcionario, a su familia, a sus vecinos, bloquearon las vialidades y nadie del gobierno del DF se dignó siquiera presentarse. De allí esté grupo, encabezado por el propio Martín Esparza se fue a la colonia San Rafael, a agredir a los ex trabajadores  de Luz y Fuerza que estaban construyendo una cooperativa: los golpearon, los agredieron, destrozaron 18 carros en la calle, casi todos ellos de vecinos que no tenían nada que ver en el pleito, algunos carros recibieron balazos de los “manifestantes”, y una vez más las autoridades capitalinas no se dieron por enteradas: llegaron cuando todo había pasado pero ni así detuvieron a alguien. Pero los provocadores siguieron su marcha: atacaron la sede del PRI, donde también hicieron destrozos y tiraron cohetones. Nadie del GDF ni la policía apareció para impedirlo. Y se fueron al Zócalo, donde quemaron recibos de luz y, ya que estaban, agredieron a los policías federales que resguardaban Palacio Nacional. Obvia decir que jamás aparecieron las autoridades del DF. ¿Alguien puede creer en una fuerza política que dice ser de izquierda, apoya a un hombre de derecha para gobernador y, al mismo tiempo a grupos de provocadores ultras para que agredan impunemente?. Cárdenas tiene razón.

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