Haití, ayuda humanitaria y diplomacia
Columna JFM

Haití, ayuda humanitaria y diplomacia

En Haití la situación es desesperada, tanto que se ha decidido no seguir buscando sobrevivientes y comenzar a aplicar toda la ayuda en distribuir víveres, porque ya han comenzado los saqueos y la violencia. Estados Unidos ha decidido aumentar a once mil el número de efectivos en la isla, tratando de preservar aunque sea mínimamente, el orden. En Haití estaba el sábado la secretaria de Estado, Hillary Clinton y el domingo llegó el secretario general de la ONU, Ban-Ki-Moon. El presidente Obama, que creó un organismo destinado a la reconstrucción de Haití encabezado por los ex presidentes Bill Clinton y George Bush, en el discurso de presentación del mismo, hizo un largo discurso donde agradeció el apoyo brindado por varios países a Haití, pero entre ellos no nombró a México, pese a que buena parte de la sociedad y el gobierno se han volcado en una ayuda masiva para los damnificados.

En Haití la situación es desesperada, tanto que se ha decidido no seguir buscando sobrevivientes y comenzar a aplicar toda la ayuda en distribuir víveres, porque ya han comenzado los saqueos y la violencia. Estados Unidos ha decidido aumentar a once mil el número de efectivos en la isla, tratando de preservar aunque sea mínimamente, el orden. En Haití estaba el sábado la secretaria de Estado, Hillary Clinton y el domingo llegó el secretario general de la ONU, Ban-Ki-Moon. El presidente Obama, que creó un organismo destinado a la reconstrucción de Haití encabezado por los ex presidentes Bill Clinton y George Bush, en el discurso de presentación del mismo, hizo un largo discurso donde agradeció el apoyo brindado por varios países a Haití, pero entre ellos no nombró a México, pese a que buena parte de la sociedad y el gobierno se han volcado en una ayuda masiva para los damnificados.

¿Qué estamos haciendo mal?¿por qué pese a la solidaridad y la ayuda no parece que estuviéramos presentes como país en la crisis haitiana, tanto como para no estar en una lista de más de una docena de naciones reconocidas por ello?. Por muchas razones pero la primera es porque se han enfocado mal las cosas: la ayuda humanitaria siempre es importante y debe ser valorada como tal, pero lo que estamos viendo no es sólo una catástrofe natural, sino la destrucción de un país y de sus instituciones en el Caribe, una de nuestras fronteras geográficas. Y si bien en el terreno humanitario se ha hecho un esfuerzo notable, en el diplomático públicamente no se ha visto casi nada. Un ejemplo: no ha habido ni una declaración importante de la canciller Patricia Espinosa sobre el tema y el sábado, mientras en Puerto Príncipe estaba Hillary Clinton y se estaba analizando qué hacer con Haití, la canciller Espinosa estaba en Japón, organizando una futura visita del presidente Calderón a ese país.

Se podrá decir que no importa, que en última instancia nuestro comercio con Haití es pobre, apenas el 0.4 por ciento de todo el realizado por México con las naciones del Caribe. Pero participar en la reconstrucción de Haití debería ser un punto muy importante de nuestra agenda exterior. Es un proceso que se podría realizar en forma muy cercana a los Estados Unidos que obviamente será el que encabezará ese esfuerzo y es una oportunidad también para mostrar una presencia en una región en la que México tuvo un peso importantísimo en el pasado, mismo que se ha ido perdiendo con los años, con la falta de interés y con el creciente protagonismo que han adquirido allí naciones como Venezuela, países que por la propia presencia estadounidense no podrán tener demasiada participación en el futuro inmediato de la isla. Incluso Cuba ha intentado hacer gestos en ese sentido al permitir el paso de los aviones estadounidenses por su espacio territorial. Otros, como Brasil, están muy lejos para poder tener una influencia mayor en ese proceso. Nuestra presencia se podría recuperar con uno de los proyectos más urgentes, y de mayor proyección política internacional, con un protagonismo diplomático y una actividad más intensa y de mayor nivel en Haití.

Es verdad que el presidente Calderón ha realizado varios llamados impulsando la solidaridad con la isla y que el sábado reclamó al Consejo de Seguridad de la ONU, donde participa México, una actividad más intensa. La presencia en el Consejo de Seguridad puede ser la piedra angular para nuestra participación, pero se debe ir más allá de los llamados.

¿No importa hacerlo, no tendremos ningún rédito en ello?. No es verdad, México necesita recuperar una presencia internacional fuerte escogiendo los escenarios en los que quiere participar. Luego de una primera etapa de reconstrucción de ciertas relaciones dañadas durante el foxismo, parece que se han perdido los referentes e incluso, salvo en los capítulos de la relación bilateral con Estados Unidos que pasan por Washington, nos hemos equivocado de causas y amigos. Se apostó mucho en Honduras al ex presidente Zelaya y lo único que se logró fue que viniera a México a desconocer al presidente Calderón y respaldar a López Obrador; se han buscado contactos con Chávez y éste se ensañó en las expropiaciones de empresas mexicanas en su país, llega más droga a México proveniente de Venezuela que nunca y su apoyo a grupos radicales continúa. La lista podría continuar, pero Haití nos coloca frente la oportunidad de participar en un esfuerzo multinacional que permita un reconstrucción que demuestre qué se puede hacer en el país más pobre y castigado de la región, sin tener que regresar a los modelos del pasado. Y no estamos, hoy, participando de ese proyecto.

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