La agenda ya es sólo el 2012
Columna JFM

La agenda ya es sólo el 2012

La renuncia de Fernando Gómez Mont al PAN es una consecuencia directa de la política de alianzas implementadas por su partido para las elecciones de este año. Y es evidente también que la oposición pública del secretario de gobernación debía ser entendida como algo que iba mucho más allá de una simple postura política interna. Es verdad, existía un compromiso recíproco de Gómez Mont con el PRI para sacar adelante el presupuesto y la reforma fiscal, como se le había pedido desde los ámbitos más altos del poder, con el acuerdo de que no habría alianza PAN-PRD en las elecciones del 2010, sobre todo en Oaxaca. Ese compromiso no se cumplió y Gómez Mont, luego de una evidente derrota en la comisión política de su partido, el martes, decidió renunciar al PAN y queda la duda de cuál es su sustentabilidad en Gobernación, ya que hasta el momento de escribir estas líneas el presidente Calderón no había hecho declaración alguna respecto a la decisión de su secretario del interior.

La renuncia de Fernando Gómez Mont al PAN es una consecuencia directa de la política de alianzas implementadas por su partido para las elecciones de este año. Y es evidente también que la oposición pública del secretario de gobernación debía ser entendida como algo que iba mucho más allá de una simple postura política interna. Es verdad, existía un compromiso recíproco de Gómez Mont con el PRI para sacar adelante el presupuesto y la reforma fiscal, como se le había pedido desde los ámbitos más altos del poder, con el acuerdo de que no habría alianza PAN-PRD en las elecciones del 2010, sobre todo en Oaxaca. Ese compromiso no se cumplió y Gómez Mont, luego de una evidente derrota en la comisión política de su partido, el martes, decidió renunciar al PAN y queda la duda de cuál es su  sustentabilidad en Gobernación, ya que hasta el momento de escribir estas líneas el presidente Calderón no había hecho declaración alguna respecto a la decisión de su secretario del interior.

Esa es la anécdota. En realidad el tema de fondo es cuál es la lógica política que seguirán el gobierno y el PAN y esa lógica hoy, debemos insistir en ello, es esquizofrénica. ¿Qué es lo importante para la administración Calderón en el cuarto año de su gobierno?¿sacar adelante su agenda legislativa y política o ganar o tener mayor presencia electoral de cara a los comicios del 2012?¿cuáles son sus alianzas estratégicas: las que puede realizar con el PRI con quien puede tener, por lo menos con algunas de sus corrientes, acuerdos que van más allá de los superficial o con el PRD con el que no existen acuerdos que vayan más allá de la próxima elección estatal (porque todos estarán de acuerdo en que la posibilidad de una alianza de ese tipo para una elección presidencial no sólo es utópica, es simplemente ingenua)?¿quiere el gobierno federal completar un ciclo de reformas en este sexenio o quiere, como han dicho algunos de sus integrantes más destacados, hacer una serie de propuestas que saben que no podrán salir adelante pero con ellas se plantean ganar el debate y tener una suerte de programa para el 2012?¿el gobierno federal y el PAN están convencidos de que ya no se podrá hacer nada con el PRI en lo que resta del sexenio y prefieren entonces comenzar desde ya la confrontación política?

En política se pueden hacer muchas cosas, pero no se pueden jugar dos bazas tan contradictorias al mismo tiempo. Se buscan acuerdos o se plantean confrontaciones; si se hacen alianzas de carácter tan coyuntural y desde posiciones que están en las antípodas contra otro actor político se debe asumir que ese actor evidentemente no colaborará en la búsqueda de acuerdos en ámbitos no electorales. El discurso de que las acciones electorales no tienen porqué contaminar las agendas legislativas, está muy bien para un curso de política correcta, pero en la realidad jamás ocurre así: pensar de esa manera es ingenuo o peca de pensar que los demás lo son.

Gómez Mont viene además de una experiencia política que está en las antípodas de lo que se resolvió en estos días en el panismo y en el gobierno (no se puede separar una cosa de la otra y si alguien dice que César Nava o la dirección del PAN está tomando esta línea sin consultar con el presidente Calderón estaríamos aún peor). Fue, detrás de Diego Fernández de Cevallos, quien construyó todos los acuerdos legislativos que se tejieron en la segunda mitad del sexenio de Salinas de Gortari y que lograron establecer una amplia agenda de cambio, que tuvo enormes beneficios pero también costos para el PRI: no fueron gratuitos, fue toda la época de la concertacesiones, que le dieron al PAN, por primera vez, posiciones de poder real en los estados y desde donde se construyó la plataforma que el permitió llegar al poder en el 2000. No fue una historia menor ni coyuntural. Para sacar esa agenda Diego debió en muchas ocasiones confrontarse con diversos sectores del PAN: algunos rompieron, pero en todos los casos logró convencer a sus principales dirigentes de respetar los acuerdos que se habían adoptado.

Eso intentó Gómez Mont el martes, y la respuesta fue el “que empiece la fiesta” que soltó algún diputado. La propuesta del secretario de Gobernación perdió por 40 votos a cero. El partido como tal decidió apostar a la confrontación con el PRI, corriendo el riesgo de una serie de alianzas con sus adversarios históricos del PRD, y por la búsqueda de espacios electorales y decidió, también, abandonar la agenda legislativa. No hay otra lectura posible. En ese contexto se inscribe la renuncia de Gómez Mont al PAN. Tendrán que decidir, el presidente y el secretario de Gobernación si pueden y quieren seguir adelante juntos a pesar de esas posiciones tan encontradas.

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