Sin precandidatos el PAN se diluye
Columna JFM

Sin precandidatos el PAN se diluye

El PAN tuvo este fin de semana su Consejo Nacional, mismo que simplemente confirmó que el calderonismo sigue teniendo el control del mismo. Pero también que ello no es suficiente para hacer al partido más operativo, más eficiente y más competitivo. El PAN está dividido, incluso dentro del llamado calderonismo. Por eso el propio presidente tuvo que realizar un recurrente llamado a la unidad, misma que no termina de cuajar en las filas del blanquiazul.

El PAN tuvo este fin de semana su Consejo Nacional, mismo que simplemente confirmó que el calderonismo sigue teniendo el control del mismo. Pero también que ello no es suficiente para hacer al partido más operativo, más eficiente y más competitivo. El PAN está dividido, incluso dentro del llamado calderonismo. Por eso el propio presidente tuvo que realizar un recurrente llamado a la unidad, misma que no termina de cuajar en las filas del blanquiazul.

Las expresiones más duras contra la mayoría del Consejo provinieron de panistas que están muy cuestionados en el seno del calderonismo, sobre todo Manuel Espino, Javier Corral y Mauricio Fernández Garza. Sobre el primero, la pregunta recurrente antes del Consejo en el grupo hegemónico era si se debía continuar con la propuesta del panismo del estado de México para separarlo del partido, y Mauricio, las expresiones en el gabinete presidencial por aquello de los grupos de trabajo rudo han alcanzado todos los niveles, incluyendo los que consideran que existen elementos para consignar al propio alcalde. Ni uno ni otro serán separados de su militancia en el PAN, pero son parte de la oposición interna al presidente Calderón y su equipo.

La cabeza visible y el precandidato presidencial evidente de esa oposición es el senador Santiago Creel, quien asumió rápidamente el llamado a la unidad del presidente y dijo que estaría dispuesto a trabajar en torno a la misma. Santiago está buscando la candidatura presidencial que se le fue en el 2005 y sabe que para eso, y más aún si quiere competir en el 2012, no puede darse el lujo de romper con la dirección del PAN y con el presidente, aunque las distancias sean evidentes. Creel se quedó, sin embargo, como el representante de una tercera fuerza en el panismo y sin tejer fuertes alianzas sus posibilidades disminuyen.

Pero las apuestas del grupo hegemónico en el blanquiazul siguen siendo confusas. En primer lugar están las alianzas. El presidente del partido, César Nava, ha jugado todo en ellas y en la primera fila del Consejo estaban dos candidatos que jamás han sido panistas: uno de ellos, Gabino Cué, candidato por Oaxaca, por lo menos con varios años en la oposición; el otro Mario López Valdéz, hasta hace unas semanas senador y distinguido militante priista. Nava, aseguró que arrasarán el próximo 4 de julio.

La verdad, no se ve nada claro que vaya a ser así. Gabino es un candidato competitivo y con posibilidades, pero la estructura del priismo en Oaxaca es muy sólida, tanto que muchos consideran que las posibilidades de ganar del frente opositor dependería de una ruptura del PRI. El problema es que el sector que dicen que estaría dispuesto a romper sería el relacionado con José Murat. Flaco favor que le haría a la legitimidad de la alianza opositora.

En Sinaloa, si bien la competencia parecía ser muy ajustada entre Malova y Jesús Vizcarra, con el paso de las semanas las encuestas serias van demostrando una distancia cada vez mayor favorable al candidato priista, actualmente de seis puntos según Mitofsky, con la diferencia de que allí una parte del panismo local no ha tomado como suya la campaña, sobre todo por los conflictos que se vivieron con el reparto de candidaturas. La participación de personajes como Guillermo Ortiz en foros relacionados con la campaña confirman esa tendencia.

En Puebla, Rafael Moreno Valle, otro candidato de unidad, tampoco levanta, las encuestas demuestran una diferencia muy importante a favor de Javier López Zavala y el objetivo del PAN ahora parece estar en la elección municipal de la capital. La información publicada ayer en La Jornada, sobre supuestas malversaciones del senador tampoco ayudarán en su campaña. Ni Xóchitl Gálvez, una magnífica candidata, ha podido remontar las tendencias y las apuestas panistas ahora se centran en Aguascalientes y Tlaxcala, donde, aunque no existan alianzas formales sí se da una tácita con el PRD que ha pedido a sus militantes apoyar al PAN en ambas campañas. Muy poco para un juego tan arriesgado.

Lo que sucede con el calderonismo, independientemente de que mantenga el control del Consejo y el partido, es que le faltan figuras y sobre todo, no ha decidido mostrar sus precandidatos con claridad: son muchos, tantos que no es ninguno. El presidente Calderón debe mostrar ya tres, cuatro como máximo, nombres claros, precandidatos o precandidatas que la gente pueda identificar, seguir y crear estructura a través de su propia operación. Porque hoy el único que está trabajando en eso abiertamente es Creel; el calderonismo no, o lo hace en forma tan soterrada que no tiene efecto público. Sin figuras, sin precandidatos visibles, sin una presidencia partidaria sólida, esa mayoría en el Consejo terminará sirviéndole de poco.

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