El misterioso dinero del narcotráfico
Columna JFM

El misterioso dinero del narcotráfico

Nadie sabe con certidumbre de cuánto dinero hablamos al referirnos a los ingresos del narcotráfico en Estados Unidos y en México. Esta semana John Morton, secretario adjunto para investigación de Migración y Aduanas de los Estados Unidos, y el representante de Washington en nuestro país, Carlos Pascual, dieron a conocer el Estudio Binacional de Bienes Ilícitos y sus propias declaraciones confirman ese desconocimiento.

Nadie sabe con certidumbre de cuánto dinero hablamos al referirnos a los ingresos del narcotráfico en Estados Unidos y en México. Esta semana John Morton, secretario adjunto para investigación de Migración y Aduanas de los Estados Unidos, y el representante de Washington en nuestro país, Carlos Pascual, dieron a conocer el Estudio Binacional de Bienes Ilícitos y sus propias declaraciones confirman ese desconocimiento.

Según el documento, dijo Morton, el narcotráfico en Estados Unidos genera para los cárteles mexicanos entre 19 mil y 29 mil millones de dólares, y buena parte se lava, regresa a territorio mexicano. “Cierta información obtenida indica que no más de la mitad del dinero llega a las entidades financieras por conducto de las organizaciones criminales; otra información indica que es un cuarto del numerario”, dijo Morton, al presentar el estudio en el que participaron instituciones de México y Estados Unidos.

Una diferencia de diez mil millones de pesos en los ingresos es demasiado, como lo es decir que de esa cantidad van al mercado financierio la mitad o una cuarta parte. El embajador Pascual también dijo que el reingreso de ese dinero a México se da a través de envíos hormiga, con personas que trasladan entre cinco y diez mil dólares. En parte es así, pero si estamos hablando de cifras superiores a los diez mil o veinte mil millones de dólares al año, tendríamos un movimiento constante de millones de personas realizando esa tarea. Son explicaciones insuficientes, bien intencionadas porque intentan demostrar el poderío económico del narcotráfico y comenzar a buscar medidas para enfrentarlo, pero no son, porque no se los conoce a profundidad, datos duros.

Hace ya varios años, en los últimos meses de la administración Clinton, pude entrevistar sobre el tema al general Barry Mc Caffrey, entonces zar antidrogas de la Casa Blanca y creo que uno de los hombres que mejor comprendió, desde esa posición, el fenómeno del narcotráfico, en su país y en México. Mc Caffrey me decía que él estimaba las utilidades del comercio de cocaína en Estados Unidos en unos 60 mil millones de dólares y consideraba que 90 centavos de cada dólar de esa cantidad se quedaban en Estados Unidos o ingresaban al sistema financiero internacional, desde su propio país.

Me parece una explicación mucho más convincente. Sin duda una importante cantidad de dólares debe pasar la frontera de norte a sur, por contrabando hormiga o en trailers o aviones, como ha ocurrido, pero para las organizaciones importantes es mucho más útil encontrar vías para ingresar esos recursos al sistema financiero. Desde hace tiempo no conocemos una operación, en cualquiera de los dos lados de la frontera, que haya involucrado ese tipo de delitos. Pero en el pasado, recuerdo cómo se detuvo a funcionarios bancarios en Estados Unidos, de distintas instituciones desde American Express Bank hasta el Laredo Bank, que servían para lavar dinero del cártel de Amado Carrillo, y cómo éste estableció un mecanismo de altas inversiones en países tan alejados como Argentina, Chile y Cuba. Evidentemente no se trasladaron millones de dólares para esas inversiones en maletas, sino a través del sistema financiero internacional donde es muy difícil rastrearlas o constatar su origen ilegal.

¿Cuánto queda en México de esos recursos? Tampoco se sabe con seguridad. Hace unos años un muy importante banquero mexicano me decía que él estimaba esa cantidad en unos seis mil millones de dólares, por lo menos lo que circulaba en efectivo, porque eso era lo que “sobraba” en circulante de dólares cada año que no había pasado por los canales financieros que tienen el control del mercado de divisas. Me parece una cifra bastante más cercana a la realidad, no porque esté subestimando el poder económico del narcotráfico, sino porque a veces se manejan cantidades que parten más del imaginario colectivo que de las posibilidades reales. Quedémonos con la más conservadora cifra de seis mil millones de dólares anuales: estamos hablando de la industria que más “facturaría” en el país fuera de Petróleos Mexicanos, más que lo que genera, por ejemplo, la industria turística.

Es verdad que ese dinero se filtra y pulveriza en multitud de transacciones, también que muchos de los que participan en ese mundo están lejos de invertir esos recursos y simplemente lo gastan en carros, mujeres, propiedades o reventones, cundo no en pagos de protección. Pero me sigue pareciendo que en el tan llevado y traído tema del lavado de dinero no hay una estrategia eficaz porque no existe, ni aquí ni en Estados Unidos, un diagnóstico acertado. Es un fenómeno que no se conoce o que quizás, en algunos ámbitos, no se quiere conocer.

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