Cananea o el Waterloo de Napoleón
Columna JFM

Cananea o el Waterloo de Napoleón

La recuperación de la mina de Cananea es un paso importante para el reestablecimiento de la seguridad jurídica que en muchas ocasiones parece haberse perdido y es una demostración también de que la tan llevada y traída reforma laboral es indispensable. No puede estar parada la principal mina del país durante tres años, porque un líder sindical prófugo de la justicia quiere utilizarla como pieza de recambio para no ir a la cárcel y quedarse con 55 millones de dólares de los trabajadores que depositó en sus propias cuentas personales.

La recuperación de la mina de Cananea es un paso importante para el reestablecimiento de la seguridad jurídica que en muchas ocasiones parece haberse perdido y es una demostración también de que la tan llevada y traída reforma laboral es indispensable. No puede estar parada la principal mina del país durante tres años, porque un líder sindical prófugo de la justicia quiere utilizarla como pieza de recambio para no ir a la cárcel y quedarse con 55 millones de dólares de los trabajadores que depositó en sus propias cuentas personales.

Pero también confirmó, una vez más, la capacidad de despliegue y la eficiencia en este tipo de operativos de la Policía Federal, tan sigiloso y preciso como el que el año pasado recuperó las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro. No hubo un solo disparo ni un herido, pero sí la movilización de miles de policías que habían llegado a Sonora desde el viernes y ocuparon la mina en una operación secreta y aerotransportada.

Había muchos peligros que se debían solventar: los partidarios de Napoleón Gómez Urrutia habían amenazado con volar la mina si las autoridades intentaban recuperarla. La mina de Cananea es enorme y es muy complejo controlar simultáneamente todas sus áreas estratégicas. Lo primero que se hizo desde que se declaró la inexistencia de la huelga, fue un riguroso trabajo de inteligencia. Vía satélite, desde Plataforma México, y utilizando además inteligencia humana, se estuvo monitoreando el movimiento en la mina, los cambios de turno y de personas que controlaban los accesos y los interiores de la misma, para encontrar un patrón y poder realizar el operativo sin costos humanos.

Había tres peligros principales: uno eran los explosivos, había amenazas concretas, públicas de que se podría volar la mina. Las cargas habían sido colocadas en varios puntos estratégicos, sobre todo dentro de la mina en sí y en los muy costosos equipos de perforación.  Estos eran precisamente el segundo foco de peligro. Había amenazas de que serían destruidos junto con la estructura interior de la mina para imposibilitar la producción futura.

La amenaza más grave sin embargo era otra. Los ocupantes habían colocado unos enormes camiones de carga, que pueden llevar hasta cien toneladas de minerales, absolutamente cargados, con su peso completo, en las cimas de los cerros cuya ladera se dirige hacia la entrada de la mina. Habían amenazado con lanzarlos contra los policías con toda su carga. El trabajo de inteligencia permitió que las tres amenazas fueran neutralizadas por los elementos de la Policía Federal que en pocas horas ocuparon todas las instalaciones.

La historia había iniciado el 24 de agosto de 1990 cuando durante el gobierno de Carlos Salinas la mina fue privatizada y pasó a manos de Grupo México. En ese momento, el sindicato cobró millones de dólares que deberían servir como una suerte de indemnización o compensación para los mineros. Una parte del dinero se distribuyó pero una cantidad superior a los 55 millones de dólares quedaron en las cuentas personales de Napoléon Gómez Urrutia y su familia.

Se inició un proceso penal contra Gómez Urrutia y otros dirigentes sindicales. Y entonces ocurrieron varias cosas: parte de ese dinero fue incautado por la PGR (nos 196 millones de pesos), se libraron órdenes de aprehensión contra Gómez Urrutia, éste se autoexilió en Vancuver, en Canadá protegido por el sindicato minero y una poderosa empresa local que casualmente es competidora de Grupo México en el mercado internacional. Y estalló la huelga en Cananea el 30 de julio del 2007.

Era una medida de presión política como parte del conflicto del sindicato con el gobierno y la empresa. Prácticamente no hubo motivos para el emplazamiento, se argumentó que existían violaciones en seguridad e higiene pero cuando se le requirió al sindicato que las especificara para que la empresa las subsanara, no hubo respuesta, desde entonces hasta ahora. En las negociaciones Gómez Urrutia había dado órdenes a sus representantes de que no aceptaran nada fuera del levantamiento de las órdenes de aprehensión, la devolución del dinero incautado y un pago de cien millones de dólares

¿Cuál es el costo de todo esto? Cananea representa el 46 por ciento de toda la producción de cobre del país, los daños en la mina superan los 290 millones de dólares, las ventas de cobre no realizadas superan según datos oficiales los 520 millones de dólares. Dejaron de ingresar al país unos 9 mil 500 millones de dólares de inversiones en el sector porque los empresarios extranjeros y nacionales no sabían si había o no condiciones, seguridad jurídica para invertir. Eso nos costó el capricho de Gómez Urrutia ¿no cree que es necesaria una reforma laboral?

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