Utilizando la plenitud del pinche poder
Columna JFM

Utilizando la plenitud del pinche poder

Las campañas para las elecciones del 4 de julio próximo han entrado en su recta final y, como no podía ser de otra manera, las acusaciones y golpes han desterrado cualquier posibilidad de debate político. Lo que está ocurriendo explica, aunque probablemente no justifica, las alianzas que el PAN realizó con el PRD: hay que demostrar que el priismo no ha cambiado y que tiene una esencia netamente antidemocrática y autoritaria, y qué mejor demostración de ello de que los extremos se unan para combatirlo. En algunos casos es verdad, en otros no, pero eso no importa: de lo que se trata es de establecer esa línea como estrategia de campaña.

Las campañas para las elecciones del 4 de julio próximo han entrado en su recta final y, como no podía ser de otra manera, las acusaciones y golpes han desterrado cualquier posibilidad de debate político. Lo que está ocurriendo explica, aunque probablemente no justifica, las alianzas que el PAN realizó con el PRD: hay que demostrar que el priismo no ha cambiado y que tiene una esencia netamente antidemocrática y autoritaria, y qué mejor demostración de ello de que los extremos se unan para combatirlo. En algunos casos es verdad, en otros no, pero eso no importa: de lo que se trata es de establecer esa línea como estrategia de campaña.

Así hemos visto todo tipo de acusaciones basadas, en muchos casos, en una ausencia casi completa de datos duros que las ratificaran. La excepción notable es Veracruz. En el golfo las grabaciones que divulgó Excélsior confirmaron lo que ya se sabía: que la campaña de Javier Duarte tiene un coordinador y jefe que no es otro que el propio gobernador Fidel Herrera que, además, no tiene demasiada buena opinión de quien se espera será su sucesor. Decía don Jesús Reyes Heroles que la forma era el fondo, y en esta historia resulta evidente que Fidel no ha guardado ni las más elementales formas: no está ayudando desde el gobierno a su candidato, simplemente está mandando desde “la plenitud del pinche poder”, utilizando para ello recursos estatales e incluso, como en el caso de las cien patrullas compradas a la esposa de Gerardo Buganza (¿esa es la razón de su apoyo a la campaña de Duarte?¿tan barato sale comprar toda una carrera política?) logrando hasta recursos federales del área de seguridad federal para financiar esos actos de corrupción. ¿Alcanzará esto para darle la vuelta a los comicios veracruzanos?. No lo sabemos: en el juego de las encuestas cada uno maneja las que quiere. Quizás no alcance para el 4 de julio: Excélsior no circuló en Veracruz en estos días, frenado por el gobierno local, también se cortaron las señales de radio, sobre todo de Imagen, que difundieron la información y buena parte de la prensa local, muy comprometida con el gobernador, no se hizo eco de las denuncias. Pero independientemente de ello, es evidente que existen ya elementos para llevar esta elección sin mayor trámite al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Hasta ahora es el único caso en que esas denuncias reiteradas se han transformado en datos duros, comprobables, aunque alguno dirá que esas grabaciones no se obtuvieron de forma legal y por lo tanto no pueden ser presentadas como prueba ante un tribunal. Pero simplemente verificando lo que allí se habla se podría traspasar ese impedimento legal.

Pero creo que las oposiciones antipriistas están abusando de la denuncia en los casos en que no tienen esas pruebas, o del manejo de ciertas encuestas, sin impactar en el electorado, más bien al contrario, sobre todo cuando se equivocan, como ocurrió en Zacatecas donde el candidato panista Cuauhtémoc Calderón y el presidente del PAN, César Nava, anunciaron el domingo que una encuesta de Berumen los ponía a la cabeza del proceso cuando, la propia empresa los desmintió mostrando que en realidad, quien supera por amplio margen a todos sus adversarios es el priista Miguel Alonso Reyes. Con ese mal manejo de encuestas nos hemos topado también en otros estados, desde los muy disputados de Oaxaca (¿qué hace Gabino aliado con Murat?) y Sinaloa (¿está libre de acusaciones Malova como para usarlas como único gancho electoral?), hasta el invento perredista de Quintana Roo de que no pudieron ganar las elecciones en el estado por la detención de Greg Sánchez, quien no estuvo jamás, ni antes ni después de su encarcelamiento, con posibilidad alguna de ganar esos comicios.

Decía César Pavese que la mucha luz es como la mucha oscuridad, no permite ver. Y esa catarata de denuncias que lanzan cotidianamente el PAN y el PRD, sin estar sustentadas en datos duros, en hechos comprobables, fortalecen a su adversario, inmunizan a la sociedad ante el escándalo. Un golpe como el asestado en Veracruz es mucho más duro e impactante ante el electorado (incluso de fuera de ese estado) que los discursos que hablan de fraudes generalizados. Claro que lo que se busca es aparentemente mandar todas las elecciones posibles al Trife, para que allí se resuelvan. Pero se olvida que esa fue la misma estrategia que se utilizó para las elecciones federales de julio pasado y la estrategia fracasó estruendosamente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil